Decir, decir y decir. Y transformar en arte las palabras. Ese hilvanado logró Federico Gabriele, un politólogo sanjuanino que este viernes 1 de noviembre a las 20 en la Biblioteca Sarmiento Legislador presentará su primera novela. El libro fue bautizado "La Loca" y es una historia de amigxs que atraviesa la historia argentina y latinoamericana. Federico es miembro de Cepel (Centro de Pensamiento Encuentro Latinoamericano), se especializa en temas políticos e históricos. Para escribir su primera novela se inspiró en el nacimiento de su hijo Juan Cruz. Un nacimiento, un quiebre, un renacer personal y una oportunidad de pensar en clave discursiva para otros y otras.
-¿Cuál es la temática de la novela?
-“La Loca” es una novela histórica situada en los albores de la provincia de San Juan entre 1950 y el año 2000. Indudablemente, se desarrolla siempre dentro del marco de los acontecimientos y hechos de la historia argentina y latinoamericana. Es, dentro de este contexto, la vida de dos grandes amigxs transcurrida en esos lapsos de tiempo.
-¿Qué te inspiró?
-Siempre tuve y tengo una tendencia a escribir, a plasmar por escrito todo aquello sobre lo que reflexiono; por sobre todo, en torno a los acontecimientos políticos históricos y actuales. Pero es innegable que el contexto de los últimos años, de crisis económica, institucional y social del gobierno de Mauricio Macri, me provocaba mucha necesidad y urgencia de escribir, de reprimir un poco esa tristeza en la escritura y que pueda aportar algo. El nacimiento de mi hijo Juan Cruz también fue una gran inspiración. Apenas nos enterábamos de que el venía en camino, y quizás contra toda perspectiva opuesta, comencé a escribir cada vez más durante los tiempos que iba teniendo libres. Me sacó un poco de la zona de confort.
-¿Desde cuándo escribís?
-Desde muy chico. Recuerdo mi primer escrito a los once años de edad, luego de la muerte de mi abuelo Francisco. Escribí acerca de lo que refería a ese proceso de separación. Todo aquello que había podido percibir, el dolor, la nostalgia. Apenas terminé el escrito, corrí a llevárselo a un tío que era escritor (tenía una vieja máquina Remington). Le entregué el trabajo, lo leyó, y se puso a llorar. ¡No sabes cómo quisiera volver a ver ese escrito!
-¿Cuáles autores marcaron tu estilo literario?
-El Negro Dolina lo tomo como el mejor ejemplo. He reído y llorado con sus libros. Lo tomo como un gran maestro de este arte. José Pablo Feinmann, también fue mi primer choque individual (sin asesoramiento académico) con la filosofía política. Su manera de persuadir e interpelar (en sus mejores trabajos) a través de sus textos me parecen muy interesantes. También me marcó mucho un autor que recuerdo que al terminar de leer su libro, me hacía explotar de indignación: Juan José Hernández Arregui y su clásico “La formación de la conciencia nacional”. Arturo Jauretche, y por supuesto, Juan Domingo Perón, me han marcado con su escritura. Sarmiento, aunque en las antípodas de su pensamiento político, también me parece que tiene una pluma impresionante, arrasante. La magia de Cortázar también es importante para mí. Sobre todo con Rayuela. Quiero destacar que la música también influye. Las metáforas, los estilos, la cosmovisión de la vida plasmada a través de su arte, son una marca. Gustavo Cerati, el Indio, Charly, el Flaco, son una gran influencia.
-Uno de los principales problemas que se le presenta al autor es la publicación. ¿Cómo fue tu caso?
-Tuve el gran honor y la suerte de conocer a Felipe Echeverría, que es un gran profesional en materia de edición de libros. Me puse en contacto con él y con el transcurrir de las reuniones que pactábamos, avanzamos en la edición (corrección de escritura, edición de tapa y contratapa, trámites legales). Él trabaja en editorial Abdulah. Lo recomiendo con mucho énfasis. Es una excelente persona, trabajador y profesional.
Para quienes deseen comprar el libro, lo podrán hacer durante la presentación