A veces vale recordar que a veces el amor aparece donde uno menos lo espera. Y eso fue exactamente lo que le ocurrió a Federico Julián Recabarren, nacido en Santa Lucía, San Juan, cuando se mudó a Mendoza con apenas 20 años para estudiar Agronomía. Lo que nunca imaginó fue que, muchos años después y por un giro en su camino académico, terminaría conociendo al amor de su vida en un aula universitaria.
Era 2016 cuando Federico —ya con 35 años— retomó los estudios, esta vez en la carrera de Martillero Público en la sede Mendoza de la Universidad Católica Argentina (UCA). Fue allí, en el aula 111, donde coincidió con Janina Noelia Díaz —más conocida como Jani—, una mendocina de 38 años que transitaba los tramos finales de la misma carrera.
Jani y Federico Recabarren en la UCA
“Hola y chau, nada más. No fue amor a primera vista”, confiesa Jani, con la sinceridad y el humor de quien mira hacia atrás y descubre cómo, sin buscarlo, la vida le fue marcando el camino.
Todo cambió cuando Federico, necesitado de material de estudio, le pidió prestadas las carpetas de tres materias clave: Derecho Civil, Derecho Comercial y Contabilidad. A partir de ese gesto académico, comenzaron a hablar más seguido, a compartir apuntes y alguna que otra charla que, poco a poco, fue ganando en tiempo y confianza.
Hasta que llegó la jugada estratégica de Jani:
“El tenía mis apuntes y como había desaparecido lo llamé con el pretexto de que una amiga los necesitaba. Pero no era cierto. Lo quería ver… y me dio resultado”, recuerda entre risas.
Del aula al altar
La primera salida llegó el 12 de marzo de 2016. Desde ese día no se separaron más. El noviazgo fue breve, pero muy firme: el casamiento se celebró el 22 de octubre de ese mismo año.
Ambos soñaban con sacarse una foto vestidos de novios en los pasillos de la universidad donde se conocieron, pero una internación de la abuela de Jani alteró los planes.
Jani Díaz y Fede Recabarren
Sin embargo, la vida les tenía guardada una revancha. En diciembre de 2024, cuando ella fue a rendir la mesa final de Remates, él la acompañó, y pasaron juntos por el aula 111. Fue allí donde, por fin, se sacaron la foto soñada. “Fue hermoso”, dice Jani, aún emocionada.
Nueve años de amor y trabajo compartido
Hoy, Jani y Federico llevan nueve años de casados. No solo son pareja, sino también socios y compañeros de proyecto. Tienen su propia inmobiliaria, a la que llamaron REDI, combinando sus apellidos: Recabarren y Díaz.
Además, Jani es artista visual y ha expuesto sus obras en galerías importantes. Actualmente, prepara una pieza que será exhibida en Qatar.
La historia de esta pareja sanjuanino-mendocina muestra que las decisiones que parecen pequeñas —como cambiar de carrera, o pedir una carpeta prestada— pueden transformarse en los grandes giros del destino. Porque la UCA no solo les dio herramientas profesionales, también les regaló algo mucho más valioso: el inicio de una familia.
Una historia dulce, nacida entre apuntes
En esta Semana de la Dulzura, el recuerdo de Jani y Federico demuestra que el amor no siempre llega con fuegos artificiales. A veces se cuela en una clase de Derecho, se esconde entre carpetas subrayadas, o se disfraza de excusa para pedir un apunte de vuelta.
Y a veces, también, dura toda la vida.