Carlos Horacio Romero fue condenado a un año de prisión en suspenso y a cinco años de inhabilitación comercial por homicidio culposo, tras la trágica muerte de Franco Marcelo Oro. Pese a que la Policía Minera había clausurado el lugar por falta de seguridad, la calera siguió funcionando sin medidas de prevención y posteriormente ocurrió el caso.