Una campaña increíble, en un país de locos: qué hacen los políticos por un voto

En el AMBA (Capital Federal y Gran Buenos aires) hay 100.000 usuarios sin energía eléctrica (400.000 personas aproximadamente), en medio de la ola de calor más importante de este siglo y casi todo el siglo pasado.

Asistimos a la quema virtual de los libros y axiomas económicos, en un país donde baja la demanda y aumentan los precios.

Rosario se hunde en un mar de violencia y sangre, con sobreactuación sin resultados del Estado Nacional y ausencia de las administraciones provincial y municipal, de distintos signos políticos.

Entre estos males y otros desastres, la política nacional da pobres espectáculos en medios redes buscando el voto que no les da el mérito la admiración de la cosa pública.

El candidato libertario tucumano, Ricardo Bussi, comenzó su campaña política con un spot en el que pide la “libre y legal portación de armas”. Es decir, cualquiera a la calle con la pistola en la cintura. A lo cowboy, se muestra el mismo disparando una pistola automática.

Al otro lado del Río Bravo, el hombre del Papa Francisco, Juan Grabois, muestra en un acto sus habilidades con una rutina llamada beatvox, que consiste en imitar ruidos percusivos con la boca pegada al micrófono. El video protagonizado por el lanzado a la precandidatura presidencial ni fue replicado por su compañera de espacio Ofelia Fernández que estaba a su lado mirando con algo de extrañeza, y es una gran usuaria de redes sociales.

En el mismo lado, o casi, del espectro político (el Frente de Todos tiene una vastedad oceánica), Patricia Cubría, la esposa de Emilio Pérsico pretende, con el movimiento Evita, arrebatarle la Matanza a Fernando Espinoza a pura cumbia, con un fondo de slogans remanidos, y un vacío de propuestas asertivas.

Javier Milei, que bajo un poco la exposición explosiva en medios tras un par de desaciertos que lo hicieron retrocedes en las encuestas, propone como respuesta a la crisis un “plan motosierra”, y se presenta con un muñeco de su mismo, con la herramienta en la mano, mientras insiste que los políticos “tiembles”, y cosas por el estilo.

El intendente porteño Horacio Rodríguez Larreta, que puntea en las encuestas la PASO cambiemita, fue capaz de acceder al pedido de Baby Etchecopar de sumarse al show colocándose una peluca, a cambio de un voto: el del conductor.

Nadie pide la solemnidad, pero si un poco de seriedad, y al menos, sino un plan económico, social y político a pocos meses de las elecciones, el dedo marcando el rumbo de un camino posible.