"Hemos estado evaluando el tema del calefón solar, porque hemos visualizado que después de 6 meses dejan de funcionar por el agua, por la dureza del agua. Y hasta que no mejore el sistema, la tecnología de esos calefones, por el momento hemos decidido no seguir poniéndolos". Así expuso la situación la titular del Instituto Provincial de la Vivienda de San Juan (IPV), Elina Peralta. Así se conoció por estos días un viraje en la incorporación de estos aparatos en las casas que construye el Estado, sin fecha probable de regreso. Los calefones solares no funcionan con el agua sanjuanina, según la entidad oficial.
"Es complejo. Las familias tienen que hacer el mantenimiento, que se tiene que realizar mínimamente cada 6 meses. Entonces terminan rompiéndose y las familias no pudiendo repararlos, entonces es algo que nos hemos replanteado para por el momento, no seguir colocándolos", develó la funcionaria en una entrevista con Radio Sarmiento, sin precisar cuántos casos registraron.
Así, ahora se dio un cambio radical de opinión sobre la factibilidad de esta política de Estado que arrancó hace unos 8 años atrás en San Juan. El problema no son los termotanques o calefones solares que sí presentan ventajas respecto de los sistemas tradicionales, sino las características del agua local, según la óptica del IPV.
Por eso, las nuevas casas de administración estatal contarán con el sistema tradicional de calefones o termotanques a gas o eléctricos. El IPV, sin financiamiento nacional, está terminando de construir viviendas con fondos propios y calculan que no bajarán de 1.400 por año. En 2026 podrán empezar a levantar barrios hechos propiamente por la gestión orreguista.
Más allá del caso de los calefones o termotanques, el Gobierno de San Juan sigue apostando a la energía fotovoltaica con el desarrollo de plantas solares, el impulso a la primera fábrica de paneles solares y la colocación -ahora en marcha- de luminaria solar en toda la Circunvalación, entre otras acciones.
Más de 3.000 casas con esa tecnología
La incorporación de termotanques solares en las viviendas se empezó a gestar durante 2017 durante la primera gestión de Sergio Uñac, cuando se dio como una política de Estado asociada a la generación de energías limpias en la provincia. En ese entonces la energía solar era toda una novedad y San Juan se convertía en la segunda provincia del país en entregar casas con estos artefactos ecológicos. Se buscaba dos efectos: abaratar las boletas de la luz de los adjudicatarios y terminar con las extensas demoras para la instalación del gas que históricamente venían retrasando las entregas de casas del IPV.
En 2021 se promocionaba oficialmente que colocar estos aparatos, adquiridos en Jujuy, permitía un 26 % de ahorro de energía. Ese año la energía fotovoltaica era la vedette, convertida por primera vez en la principal fuente de generación eléctrica en San Juan, constituyendo un 50,7 % de la potencia instalada total y en operación; seguida por la hidráulica con un 44,7 %, y por la térmica con un 4,6 %.
De acuerdo a la información que se dio por aquellos años, el Instituto contaba con 36 barrios, entregados y en ejecución, que incorporaban esta tecnología solar. En el IPV ahora no respondieron a TIEMPO DE SAN JUAN la consulta sobre la cifra actualizada de casas con termotanques solares, si todos o unos pocos presentaron problemas, ni si hay un plan de contingencia.
Los aparatos de este tipo se conciben como un sistema sustentable de calefacción de agua por medio de la energía proveniente de radiación solar. De esta manera, la vivienda se provee de agua caliente por medio del termotanque solar, que aprovecha la radiación del sol para calentar el agua y cubrir entre un 60% y un 100% de las necesidades de consumo. El equipo que se colocó en las casas del IPV cuenta con un colector (captador), acumulador (tanque) y estructura soporte, sistema de protección por sobrepresión y sobre temperatura, válvula termostática y demás accesorios que completan el sistema solar térmico.
Entre los beneficios que años atrás se destacaban desde el IPV resaltan un impacto ambiental prácticamente nulo, ya que no utiliza combustibles fósiles, ni genera gases tóxicos, ni otro tipo de residuos líquidos o sólidos. Por otro lado, como la energía solar es ilimitada, limpia, renovable, ecológica y económica, con la incorporación de este sistema, se supone un ahorro en el consumo de energía del 26% aproximadamente.
Hace 4 años el IPV había colocado este sistema en más de 3.000 viviendas distribuidas en esos 36 barrios, ubicados en los departamentos de 25 de Mayo, 9 de Julio, Albardón, Angaco, Caucete, Chimbas, Jáchal, Pocito, Rawson, Rivadavia, Iglesia, San Martín, Santa Lucía, Sarmiento, Ullum, Valle Fértil y Zonda.
