El changarín que estuvo 3 meses preso por una falsa denuncia de su hermana y fue apuñalado por su sobrino, habló en exclusiva con Tiempo de San Juan. Matías Garay adelantó que iniciará una contrademanda por los daños psicológicos que le provocó estar tras las rejas. Los detalles de su detención en un testimonio conmovedor.
No fue simple la charla con Matías. Es que se lo escuchaba quebrado, hubo varios silencios ante las preguntas de este cronista. Es que este hombre aún no logra procesar la difícil experiencia que atravesó: por un lado, estar preso por un delito que no cometió y por el otro, porque la denunciante fue su hermana, su propia sangre.
La odisea de Matías empezó tras una discusión con su hermana. Terminó apuñalado por su sobrino en la espalda, con laceraciones en los antebrazos y en la mandíbula. Al no poder movilizarse por las heridas, no pudo efectuar la denuncia correspondiente.
Para evitar que Matías realice la denuncia contra su hijo, su hermana Isabel Garay, se anticipó y lo acusó de amenazarla y lesionarla. Al día siguiente, personal policial, por orden de los fiscales de CAVIG, fue a su domicilio y lo detuvo. A partir de allí, comenzó su infierno. Pasó 86 días encerrado en un calabozo.
"Pasé las noches enteras sin dormir, los días enteros con la amargura de no poder ver la luz de sol. Me dejaron un daño psicológico muy grande", relató.
Pasó su cumpleaños tras las rejas, tuvo pensamientos que no paraban de atormentarlo y embargado por la tristeza, por la traición y por la incertidumbre. Finalmente, se comprobó que era inocente y fue liberado el jueves 30 de septiembre. Hoy hay entre ambos hermanos una orden de restricción de contacto y acercamiento.
"Ahora quiero volver a disfrutar la vida. Yo no juzgo a nadie, Dios es el único que juzga"
Matías iniciará un tratamiento psicológico para intentar superar esa larga pesadilla. Además, por los daños físicos y psicológicos, hará una contrademanda.