El penitenciario que fue detenido por ingresar droga al Penal habría sido descubierto como consecuencia de su propia torpeza y a la vez gracias a las grabaciones de las cámaras de seguridad. Según el relato oficial, el envoltorio con los “ravioles” de cocaína aparecieron tirados en el piso y minutos después el personal de limpieza encontró la sustancia. Fue ahí que miraron las grabaciones para ver a quién pertenecía esa bolsa y entonces dieron con la sorpresa de que era de un guardiacárcel. Hay otros dos guardias presos, a los que investigan por posible negligencia o complicidad, según indicó un vocero del gobierno, debido a que habrían hecho la vista gorda.
El principal sospechoso es un subayudante de guardia de apellido Aballay, de unos 26 años, quien trabajaba como chofer y que hace no más de dos años está en la fuerza, confirmaron fuentes penitenciarias. En el procedimiento también fueron detenidos otros dos suboficiales, los que estaban encargados de la requisa, a los que investigaran si actuaron en complicidad haciendo la “vista gorda” o con negligencia, dado que eran ellos los que debían haber detectado la droga en el control de rutina que realizan a cada efectivo que ingresa al penal de Chimbas.
Todo habría comenzado a las 7.30 de este jueves cuando el personal penitenciario entró a tomar su guardia. Entre ellos estaba Aballay, quien, como es obligación, pasó por el sector de requisa. Ahí todos tienen que exhibir sus pertenencias y dejarse revisar por el personal encargado. Esto, justamente, para evitar que los propios guardias ingresen sustancias o elementos prohibidos.
Lo que sucedió es que aparentemente no revisaron del todo a Aballay, quien a la vez tiró o dejó caer una bolsa de naylon que llevaba consigo en el sector de requisa, relataron las fuentes. Ese envoltorio quedó ahí. Aproximadamente 40 minutos después, una persona que realizaba limpieza encontró esa bolsa y dio la novedad a un superior. Al revisar ese bulto descubrieron que adentro de una toalla había 11 “ravioles” de cocaína.
Hasta ese momento no sabían quién llevaba el envoltorio. Los jefes penitenciario la hicieron fácil: miraron las grabaciones de seguridad y descubrieron que esa bolsa se le había “caído” al suboficial Aballay en el sector de requisa y que allí habían otros dos uniformados que habrían hecho la vista gorda.