San Juan ocupa una parte importante de Matías Salvo, el jugador de vóley que llegó como refuerzo de UPCN hace 15 años y nunca más se fue. Se adaptó al ritmo, estudió una carrera y fue parte de una época dorada del club Cóndor, encabezada por el histórico Fabián Armoa. Hoy, lejos del vóley profesional, se dedica a ser formador y DT de las inferiores del club que le dio tanto. En charla con Tiempo de San Juan dijo que "cumplió su sueño".
A sus 33 años se recibió de profe de Educación Física y decidió no jugar más al vóley profesional para dedicarse a lo que siempre soñó, que fue educar y enseñar dentro del mundo deportivo. Hoy su vida lo tiene como DT de la categoría sub 14 y sub 16 masculino de UPCN y cumpliendo funciones como docente en el Colegio Don Bosco.
"El domingo jugamos la final con Lavalle de Mendoza. Al ganar el segundo set e igualar el partido 1 a 1, varios de los chicos comenzaron a llorar de la emoción hasta de jugar el tie break. Ahí tomé dimensión de lo que valía para ellos ganar está primera copa. Fue un momento de mucha emoción. Haberlo logrado fue un mimo al corazón para todos", comenzó relatando Mati sobre la primera copa que se alzó como entrenador en el Abierto de Aseba en la ciudad de San Luis.
Conectado a los chicos y siguiendo de cerca sus sueños, dijo: "La sensación es hermosa. Desde muy chico me encantó enseñar o brindarle lo poco o mucho que se a mis amigos, alumnos, compañeros. Hoy disfruto mi rol de entrenador o formador, cómo me gusta reconocerme".
En la facultad me encantaba poder ayudar a mis compañeros en cualquier materia que lo necesitaran. Me iba a la tarde después de entrenar hasta la facultad para poder ayudarlos En la facultad me encantaba poder ayudar a mis compañeros en cualquier materia que lo necesitaran. Me iba a la tarde después de entrenar hasta la facultad para poder ayudarlos
"Al finalizar la Liga con el equipo profesional y retirarme de mí rol como jugador, me sumé a trabajar y cumplir uno de mis sueños de trabajar en las inferiores e intentar devolverle a UPCN todo lo que me brindo los últimos 15 años de mí vida. Hoy no extraño la vida de jugador, estoy 100 % enfocado en mi rol como formador", afirmó Matías, que después de tanto buscar, encontró trabajo como docente en el Colegio Don Bosco.
Por último, Matías Salvo dio su perspectiva sobre el rol de formador: "Me siento mucho más identificado con formar no solo jugadores sino también personas más allá del resultado final. Creo y confío en que lo más lindo es el camino que uno recorre y no el resultado final. El profesionalismo, insisto es mí opinión personal, se enfoca más en el resultado final. De más está decir que igualmente hay que recorrer un camino, hay que entrenar muchísimo, hay una dedicación tremenda por parte de los clubes, entrenadores y jugadores para lograr esos objetivos tan importantes".