La palabra conmoción nunca fue mejor usada. Las informaciones preliminares decían que una vecina de Caucete encontró a un niño de dos años atado a un poste, en medio de la siesta sanjuanina, y pidiendo agua. Luego vino la investigación de rigor, a la progenitora la apartaron de los cinco hijos que tiene y los entregaron al padre y a la abuela, dos personas a quien el Estado juzgó aptos para responsabilizarse de los menores. Ahora la mujer, Daniela Elizabeth Frías, concedió una entrevista y dijo querer recuperar a los niños.
"Estoy trabajando, quiero ver como se puede hacer para recuperar a mis hijos. Desde diciembre que no veo a mis chiquitos, no me los dejan ver. Estoy luchando porque yo quiero recuperarlos a ellos, siempre lo he hecho. A mis hijos los tiene el padre y sus abuelos. No me permiten verlos, ni que comparta con ellos. No me puedo acercar a mis hijos a menos de 100 metros", dijo Daniela a un medio departamental.
La madre del niño se mostró arrepentida y, como ejemplo de que rehizo su errática vida, contó que está buscando un segundo trabajo y que también apela a la solidaridad de los sanjuaninos. "Estoy pidiendo otro trabajo más y ayuda. Necesito ropa, zapatillas y mercadería. Voy a seguir luchando por mis hijos y que me dejen verlos", refirió. Lo cierto es que sobre ella pesa una sentencia judicial y por eso no tiene contacto con los menores. La joven de 24 años fue condenada por el delito de Abandono de Persona Agravado por el Vínculo en concurso real con privación ilegítima de la libertad. La Justicia local la condenó a tres años de prisión en suspenso.