Durante esta temporada, el área de Ambiente de San Juan celebra un logro realizado logrado en el Parque de la Biodiversidad, dependiente de la Dirección de Ecología Urbana. Es que, se alcanzó la producción de 780 mil ovas de sogyo, una acción que contribuye al control natural de la vegetación sumergida, mejorando el equilibrio de ecosistemas acuáticos de la provincia y promoviendo la sostenibilidad ambiental.
Al respecto, desde la Secretaría de Ambiente explicaron que cada año se realiza la reproducción de diferentes especies de peces, tal como el pejerrey, tarea que se desarrolla en el Parque ubicado en Rivadavia que dispone del equipamiento necesario para el adecuado desarrollo de cada uno de esos procesos.
Ahora, el equipo logró la importante producción a gran escala de sogyo, lo que implica no solo una gran cuantificación sino que garantiza una mayor producción de alevines, que permite una mayor productividad de peces adultos.
“Esta especie herbívora contribuye al control natural de la vegetación sumergida, y su alimentación ayuda a limpiar algas y malezas acuáticas, mejorando el equilibrio de los ecosistemas”, explicaron desde el organismo para detallar la importancia de la producción.
Al mismo tiempo, indicaron que la tarea tiene como principal objetivo la siembra por ejemplo en el Dique San Agustín, en el departamento Valle Fértil, permitiendo de esta manera recuperar las condiciones aptas del sistema acuático de forma natural. Posteriormente será necesario realizar la siembra de pejerrey para el fomento de la pesca deportiva. Esta especie también es utilizada por productores locales para sus reservorios de agua.
Cómo se desarrolla el proceso productivo
La reproducción de Sogyo (Ctenopharyngodon idella) se lleva a cabo cada año, en los meses de noviembre y diciembre, cuando las temperaturas superan los 18ºC. Los reproductores, seleccionados cuidadosamente por su peso y características, son inducidos hormonalmente.
Una vez que son obtenidas las ovas, son recogidas y colocadas en incubadoras donde son necesarias altas concentraciones de oxígeno en agua bien transparente, temperatura de entre 24º y 26ºC, y oxigenación continua para evitar la adherencia de las mismas a la incubadora.
Las larvas nacidas, son dirigidas por un sistema de cañerías a una laguna artificial, acondicionada previamente para la producción de fitoplancton para su desarrollo, maduración y post siembra en embalses.
La siembra se realiza en estado alevín (cuando ya se ha diferenciado el pez), en aguas tranquilas con profundidad hasta 30 metros con abundante vegetación. Pueden consumir más de su peso en planta, sin embargo, su apetito disminuye al alcanzar los 10 o 12 kg, por lo que en esa instancia es necesario resembrar para continuar con el control vegetativo.