Cuando hablamos del living, el sofá es el elemento protagonista; allí pasamos muchas horas realizando distintas actividades: leyendo, con visitas o mirando TV. Por eso, hoy vamos a hablar sobre algunos factores que debemos tener en cuenta a la hora de comprar un sofá.
Nuestra elección, entonces, deberá responder a la frecuencia y calidad de uso que vayamos a darle.
En primer lugar, debemos considerar no sólo el espacio con el que contamos sino también la frecuencia y calidad de uso que vayamos a darle. En este sentido, es importante remitirnos a los demás elementos que tengamos en el ambiente (mesas ratona, mueble para el televisor, biblioteca, etc).
En un departamento de dos ambientes con medidas estándar, lo más aconsejable es contar con un sillón de dos cuerpos más dos de uno o un par de butacones. Si el espacio no es muy grande, quizás dos sillones de un cuerpo o simplemente uno de dos sea una buena solución.
Para tener en cuenta, un sillón de dos cuerpos mide aproximadamente 1,40 x 0,75 x 0,70. Por su parte, los de un cuerpo suelen se de 0,80 x 0,75 x 0,70 aproximadamente, mientras que los de tres cuerpos miden 2,30 x 0,75 x 0,70. Todas estas son medidas promedio y pueden variar según los diferentes modelos.
En cuanto a las características de los armazones, los más resistentes y flexibles son los de maderas (pino) o los de metal. También se realizan con maderas más costosas y en acero, ultra resistentes a los traslados. La media de los sillones está confeccionada con los primeros. Es recomendable que la base sea de cinchas para que tengan mayor duración.
Algo fundamental es el relleno de los asientos y el respaldo. Los hacen de espuma, poliéster, plumas, e incluso de látex. El más resistente combina espuma y plumas, tipo sándwich; plumas arriba y abajo (para mayor comodidad) y también en el medio (para asegurar la resistencia).
Si bien la dureza de los asientos depende del gusto, lo ideal es que sean mullidos y el respaldo se adapte a la curvatura de la espalda.
El género de terminación debe ser resistente; siempre es mejor que supere los 15 mil ciclos (medida de resistencia).
La microfibra, por ejemplo, no encoge, ni pierde color y no absorbe las manchas. Es la ideal cuando hay chicos. También para estos casos se puede optar por una funda de tela lavable (sin riesgo de encogimiento), que no altere su color y que sea anti-manchas. Otras alternativas son el cuero, algodón, chenille, terciopelo y seda. Por último, al elegir un género recuerden preguntar si es ignífugo y si fue tratado para repeler las manchas y la humedad (teflón).
Fuente: Espacioliving