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SUSCRIBITEEste sábado, el instituto preuniversitario realizó una nueva edición de la campaña de recolección de residuos tecnológicos domiciliarios. Más de un centenar de personas se acercaron hasta la escuela para colaborar con esta iniciativa, que nació hace doce años. En la nota, las fotos de la actividad.
Una vez al año, el Colegio Central Universitario (CCU) vive una jornada que se convirtió en una sana costumbre, y no únicamente para la escuela, también para toda la comunidad sanjuanina. Este sábado, el instituto dependiente de la Universidad Nacional de San Juan (UNSJ) realizó una nueva edición de la campaña de recolección de residuos tecnológicos domiciliarios, en la que juntaron más de 6 toneladas de estos materiales.
El evento de este 28 de septiembre contó con un gran respaldo de los sanjuaninos. Cientos de personas llegaron en sus vehículos con computadoras, televisores, radios y demás elementos para ayudar al proyecto educativo y ambiental. Los materiales fueron recibidos por más de 20 estudiantes del CCU, bajo la coordinación de la profesora Virginia Carrillo. La Secretaría de Ambiente y Desarrollo Sustentable de San Juan intervino en esta acción y se hizo cargo de colaborar en la recolección y enviar los residuos al Parque de Tecnologías Ambientales (PTA).
Las cifras alcanzadas maravillaron a la escuela. En total, recolectaron cerca de 6.200 kilos de residuos tecnológicos.
Esta campaña nació en 2012, a través del proyecto madre Creando Acciones Solidarias (CAS). Una de las líneas de trabajo fue Acciones Solidarias para el Ambiente. En ese momento no había grandes iniciativas de este tipo en San Juan. Por este motivo, Carrillo recibió una sugerencia de otra profesora del CCU: “¿Por qué no hacemos un proyecto sobre residuos tecnológicos?”. Tras esta propuesta, la coordinadora y un grupo de alumnos y docentes se pusieron manos a la obra. “Llenamos una camionetita y estuvimos muy felices”, recordó Carrillo sobre la primera edición. Años después, y según el último registro del 2023, la campaña llenó cerca de seis toneladas en tres camiones.
Los residuos terminaron en diferentes puntos del país. El objetivo fue encontrar especialistas en reciclaje que recibieran los elementos tecnológicos de forma gratuita. En primer lugar, coordinaron con personas de Buenos Aires y Entre Ríos. Luego acordaron acciones con la empresa mendocina Reciclarg y trabajaron con ellos por cuatro años. Por último, el Gobierno de San Juan tomó el desafío de unirse a la propuesta educativa y propuso al PTA para la recepción de los objetos.
La coordinadora reconoció que este proyecto logró instalarse en la comunidad sanjuanina y agradeció por el constante apoyo a la campaña. Según manifestó, las consultas sobre esta acción comienzan a partir de marzo y hay gran expectativa para colaborar. “Nos aseguramos de no encontrar monitores en veredas o containers, y no dañen el ambiente”, dijo la docente.
El proyecto pedagógico tiene una valiosa consideración y gran potencialidad para todo el colegio. El trabajo académico, que este año se realizó con más de 20 alumnos voluntarios y sus coordinadores en conjunto con la cátedra de Ambiente y Sociedad, tuvo reuniones periódicas, investigaciones y otras tareas. Además de estudiantes y profesores, el equipo estuvo integrado por directivos y personal no docente.
Daniela De Dios, alumna de 6° año del colegio, manifestó que encontraron muchísimos celulares, televisores, CPUs, pilas explotadas y cables. Además, muchos chicos se llevaron la sorpresa de ver casettes, CDs, reproductores de MP3, radios antiguas y monitores de tubo.
Los residuos fueron trasladados al PTA. Allí realizarán un inventario intensivo de materiales recibidos. El objetivo será la recuperación de un 10 o 15 por ciento de los elementos para donar a entidades de bien públicos, como escuelas de la periferia y centros de jubilados. El resto de los objetos extraídos, que tienen materiales como aluminio, cobre u hojalata, serán procesados para el desarme, desguace y despiece. Posteriormente se venderán a industrias refuncionalizadoras.
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