Una de las postales más icónicas del Santuario Difunta Correa, ubicado en Valecito, Caucete, son las maquetas de casas que hay a lo largo y ancho de la Loma del Milagro. De distintos materiales, estructuras y tamaños, las maquetas son dispuestas en varios lugares al azar. Algunos más osados o devotos directamente hacen construcciones a escala. Sea del material que sea, hay un detalle a tener en cuenta si se desea que la promesa perdure en el tiempo, y es el lugar donde se ubica.
“Si bien el promesante tiene la libertad de llevar su maqueta o construir en la loma, dependiendo del material hacemos sugerencias de ubicación”, comentó Mauro Villegas, secretario de la Fundación Difunta Correa. Al haber una infinidad de maquetas, algunas de materiales más frágiles se colocan en lugares puntuales donde factores como viento o lluvia no las dañen.
Pedirle a la Deolinda que interceda para cumplir el sueño de la casa propia es una tradición que rodea a la santa pagana. El número exacto es un misterio, ya que a diario llegan promesantes con el deseo de lograr la vivienda. Cada maqueta simboliza el anhelo y el pedido, y los devotos los realizan del material que puedan.
Al tener año tras años más devotos, la sugerencia de Villegas es que el promesante antes de instalar la maqueta o iniciar una construcción, pase por la Casita de Bienvenida de la Fundación, ubicada en el paraje. Allí se bridará información y asesoramiento en torno a la ubicación de maqueta y/o donaciones, ya que algunas de ellas pueden ser ubicadas en las capillas para su resguardo y perdurabilidad.
En el caso de la construcción, Villegas aseguró que no es necesario pedir permiso previamente; pero sí le pide a los promesantes que lleguen con esas intenciones que localicen a personal de la Fundación que se encuentra en el paraje a para una mejor orientación.
Con estas acciones, se busca que factores climáticos como otros dañen las estructuras de cartón, madera, telgopor o cualquier otro material que simboliza el deseo de una familia.
