Un sujeto fue acusado de golpear a una mujer embarazada y, con el objetivo de proteger a la denunciante y a la investigación, la Justicia le dictó la prisión preventiva por el término de 2 meses. Pese a las fuertes sospechas que el Ministerio Público que le endilgó al imputado, el mismo negó haber agredido a la denunciante e, incluso, la trató de prostituta.
Se trata de Denis Federico Amaya, quien fue apuntado por la fiscalía por atacar a una joven con la que habría mantenido una relación paralela. El detenido está casado y, por ello, aseguró que la mujer está obsesionada con él, que lo busca y que -como él no la correspondió- lo denunció por venganza.
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Frente al juez de Garantías, Matías Parrón, y la fiscal Virginia Pérez Lloveras, dijo que la conoció mientras ejercía como trabajadora sexual y que iniciaron una relación, pero que luego quiso cortar el vínculo y, en ese momento, la mujer le dijo que estaba embarazada. La fiscalía describió una serie de episodios en los que el aprehendido se comportó de forma violenta e hirió a la joven, que en varias oportunidades fue trasladada al CAVIG pero desistió de radicar la denuncia.
La fiscal manifestó que el sujeto que es defendido por Filomena Noriega agredió por última vez a la presunta víctima en la plaza del Barrio ATE API, que la empujó y cayó al suelo, poniendo en riesgo el bebé de 6 meses que gesta. Además, señaló que la misma se encuentra en un espiral de violencia del que no puede salir, puesto que cada vez que fue a la sede judicial aseguró que no lo denunciaría porque lo amaba.
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Lejos de guardar silencio, Amaya negó todo y trató de mentirosa a la fiscal, por lo que ésta pidió respeto en medio de la audiencia. Sin embargo, el juez expresó que no había existido una falta de respeto. Tranquilo y sin acelerar su discurso, el imputado hizo lo propio para invalidar el testimonio de dos amigas de la denunciante por su condición de género. "No son sus amigas, son dos travestis con las que trabaja", aseveró intentando vincular una cuestión con la otra.
La fiscal del CAVIG lo imputó por lesiones leves, amenazas y daño en 5 hechos y por eso solicitó la prisión preventiva. Pese a la oposición de la defensora Noriega, quien refirió a que el hombre era el sustento de su hogar, el magistrado consideró importante dar aval a lo expuesto por el MPF y lo mandó directo al Penal de Chimbas.
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Es que Amaya estaba prófugo de la Justicia y, además, tiene una condena por violencia de género en Flagrancia, por agredir en otra ocasión a la misma denunciante. Ese episodio de agresión fue probado y por tales antecedentes, Parrón se inclinó por dictar dicha medida cautelar.
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