El caso del enfermero Carlos Alfredo Olivares (47) fue uno de los más conmocionantes para todo el país. Y es que en octubre de 2009 fue asesinado a 19 cuchillazos en su domicilio en barrio Frondizi, en Capital. como bien contó este diario, la causa había sido reactivada por el juez Guillermo Adárvez, titular del Tercer Juzgado de Instrucción, quien pidió concretamente que se haga una prueba de ADN para comparar el perfil genético del ahora condenado Claudio Javier Gil con las muestras recogidas en la escena del crimen el 14 de octubre de 2009, revelaron altas fuentes judiciales. La sospecha era que Gil fue el que ese día estuvo con Alfredo Omar Olivares en su casa de la manzana H del barrio Frondizi y que él lo mató, señalaron allegados a la causa.
Pero esas sospechas quedaron descartadas, porque el resultado dio de las pruebas genéticas dio negativo, informaron fuentes judiciales a Diario de Cuyo.
El enfermero trabajó durante 15 años en el área de Traumatología del Hospital Rawson y vivía solo. Lo que lograron reconstruir los investigadores policiales en ese entonces fue que Olivares recibió la visita de un hombre en su casa, que tuvieron sexo y que ese desconocido lo atacó. Por lo que arrojó la autopsia, le pegaron en el rostro, lo maniataron y prácticamente fue sometido a una sesión de tortura hasta matarlo. Y es que sufrió cortes y puntazos en el rostro y el cuello, como así también en otras partes del cuerpo. En total fueron 19 heridas de arma blanca. Se determinó que faltaban algunas cosas de la casa y el dinero de su billetera, es decir que también le robaron.
El caso nunca fue resuelto. En febrero de este año, el juez Adárvez reflotó la causa a partir de la sospecha de que Claudio Gil tuvo que ver con el asesinato de Olivares. Este carga con tres asesinatos: el 27 de agosto de 1997 mató a cuchillazos a Alberto Herrera, un homosexual conocido como “Cacho de la esquina”, y quemó su cuerpo en las afueras de la capital de La Rioja. También es el autor de otro crimen, el del chef Carlos Roberto Echegaray Osman que fue maniatado y asesinado a cuchillazos entre la noche del 6 y 7 de enero de 2014 dentro de su casa de Patricias Sanjuaninas, en Capital. Y por si fuera poco, es el que mató a cuchillazos al jubilado Jorge Espínola entre las noches del 6 y el 7 de marzo de 2014 en la casa que éste alquilaba en la calle Ruperto Godoy del barrio Camus, en Rivadavia
Hoy la investigación sobre el caso Olivares sigue en la impunidad.
Gil registra seis condenas: dos a prisión perpetua por matar a homosexuales en San Juan en 2014, una de ellas agravada por odio homofóbico. Otra de 12 años por asesinar y prenderle fuego a otro homosexual en La Rioja, una más de 11 meses por quemar con agua hervida a su propia madre (ya fallecida). La primera, de 9 años, la recibió por robo de auto y privación ilegítima de libertad. Y la última, el año pasado, fue de 6 años por obligar a otro preso a que le practique sexo oral y por quemarlo en la espalda con agua hervida.