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SUSCRIBITESegún informaron desde la empresa, por primera vez lograron producir cátodos de cobre a escala de laboratorio, replicando fielmente el proceso integral diseñado para la futura operación. Es un paso que confirmó la viabilidad técnica y brinda datos clave para afinar los parámetros operativos.
El proyecto de cobre esta ubicado en el cordón Los Azules -de ahí su nombre- a 3.600 msnm en la cordillera frontal, a 80 kilómetros de Calingasta.
El proyecto Los Azules, impulsado por McEwen Copper en Calingasta, alcanzó un hito fundamental en su hoja de ruta: la validación a escala de laboratorio del proceso que transforma el mineral bruto en cátodos de cobre de alta pureza. Este avance confirmó que es técnica y operativamente viable producir cobre metálico en territorio sanjuanino, algo que hasta ahora era una apuesta, un objetivo proyectado, pero no comprobado en la práctica.
Desde el inicio, los responsables del proyecto fueron claros en su intención: no querían producir concentrado de cobre, sino cátodos metálicos. La novedad es que lograron concluir un proceso técnico que demuestra que ese objetivo puede concretarse. Es un gran paso porque no sólo ratifica el enfoque industrializado del proyecto —diferente al de la mayoría de los yacimientos de cobre en el país—, sino que además allana el camino para una logística más eficiente y con mayor valor agregado.
Según comunicó Los Azules, el logro técnico fue posible gracias al trabajo conjunto con el laboratorio chileno ASMIN Industrial, donde se ejecutaron ensayos metalúrgicos que replicaron de forma precisa el proceso diseñado para la futura planta.
La prueba consistió en tres etapas: lixiviación en columnas, para evaluar cómo se comportan las principales litologías del yacimiento ante distintas condiciones químicas y físicas; extracción por solvente, que permitió recuperar el cobre disuelto en las soluciones lixiviadas; y electroobtención, la fase final donde, en una celda de laboratorio, se produjo el depósito de cobre sobre cátodos de acero inoxidable, con parámetros controlados: 47°C y 330 A/m² de densidad de corriente.
De acuerdo a lo informado, tras seis días de operación, se obtuvieron placas metálicas de cobre de alta pureza, con un espesor uniforme de 2 mm y un peso de aproximadamente 67 gramos por unidad. La calidad del producto, su buena adherencia y la coherencia con el modelo de diseño consolidaron la idea de que Los Azules no sólo puede producir cátodos, sino hacerlo en suelo sanjuanino y de manera rentable.
Según manifestaron, este paso técnico tiene profundas implicancias: a diferencia de otros grandes proyectos cupríferos como Josemaría —que planea producir concentrado, una forma intermedia que requiere ser enviada a refinerías, usualmente en Asia—, Los Azules apunta directamente a una industrialización local del mineral. Eso significa que "con muestras de nuestro propio yacimiento ya logramos producir cátodos de cobre, tal como planeamos hacerlo en escala industrial una vez que el proyecto entre en producción".
Los cátodos metálicos son más livianos, más fáciles de transportar, no requieren molienda intensiva ni grandes volúmenes de agua, y se venden a mayor precio. Justamente, esta diferencia fue uno de los puntos que más interesaron a Stellantis, la automotriz global que decidió invertir en el proyecto tras evaluar sus ventajas competitivas y ambientales.
Este hito no es menor: significa que el "sueño" de producir cátodos de cobre directamente en San Juan ya no es sólo un objetivo, sino una posibilidad concreta, comprobada mediante ensayos. Marca un quiebre con respecto a la minería tradicional de cobre en el país y coloca a Los Azules a la vanguardia de una minería moderna, sostenible y con mayor valor agregado en origen.