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La Difunta Correa, brujas, hechizos y amor sobre las tablas

"Menos el pecho de Deolinda" es la obra que Susana Lage escribió en 1993 y que fue estrenada por Oscar Kummel. Por Viviana Pastor

Por Redacción Tiempo de San Juan

Cuando en 1996 le proponen a Susana Lage que escriba una obra de teatro con la Difunta Correa como protagonista, no sabía nada de Deolinda. No era figura de devoción en su casa y además fue a escuelas católicas en plena dictadura, cuando el culto a la Difunta era casi una blasfemia.

Para escribir tuvo que investigar. Fue al paraje, leyó libros y artículos, y habló con muchos devotos para entrar en tema. Pero su versión para las tablas estaría impregnada de imaginación y sello propio.

"Después de investigar me di cuenta de cuál era mi visión estética de la historia y surgió "Menos el pecho de Deolinda" que es una tragedia basada en Macbeth, de William Shakespeare. Hay un grupo de brujas que son tan juguetonas y maléficas como las de Macbeth, y están dispuestas a contarle un cuento a la gente. Ellas dicen que un cuento para que sea bueno debe tener algunas cosas como muerte y deseo", cuenta Lage, profesora titular de cuatro cátedras en la Facultad de Filosofía.

Susana resume rápido y bien su historia y deja todas las ganas de salir a leer la obra completa. Las brujas, que no sabían escribir, consiguen a una adivina para que escriba cartas y así poder manipular la vida de Deolinda Correa que se enamora de Baudilio. Él, no quería ir a pelear con las montoneras federales.

Las brujas intentaban seducir a Deolinda diciéndole que sería santa, pero ella les dijo: "No tengo más ojos que cualquiera, ni más dedos que 10". Sin embargo las brujas estaban empeñadas y logran su cometido a través de una carta en la que le dicen que Baudilio estaba muy grave en una tienda sin ningún auxilio. Deolinda toma la decisión de ir a buscarlo y las brujas se ponen felices porque además se olvida del agua.

"Las brujas están todo el tiempo operando a través de sortilegios, así logran que se separen: 'rejas que distancien e los amantes'. Cuando Deolinda está en el desierto dicen: 'que el mundo sea un desierto y la tierra sea negra, menos el pecho de Deolinda'. Esto es, que todo se seque menos su pecho. Muere en un delirio donde cree ver a Baudilio y le dice que saque el tapón del agua para regar. Y se acuerda de la chaya y de sus besos 'con gustito a deshielo'. Muere diciendo un texto parafraseado de Macbeth: 'Que se apague el sol, la vida no es más que una sombra que pasa, un cuento narrado por un tonto, que no significa nada', adaptación en criollo de la obra de Shakespeare", dice Lage.

Cuando Deolinda muere las brujas estaban en el pináculo de su felicidad con tremenda historia y la completan  contando a su auditorio que paso después, como la encontró el arriero y luego el paso de los promesantes. Una bruja al final reflexiona que había visto demasiadas desgracias y que no le había gustado nada la historia y la muerte.

Lage explica que en el fondo de la obra hay una concepción no muy creyente, o nada, de la leyenda de la Difunta como un discurso, un relato contado como un mito, a través de unas brujas, es decir, alguien contó esta historia. Al final, las brujas cantan una canción que dice: 'todo es cuento menos los muertos'. Eso resume todo. "Es una tragedia espantosa, pero ellas se divierten mucho", cuenta la autora.

Susana confiesa que fue muy feliz mientras escribía esta obra y que se divirtió mucho con los juegos de las brujas, volviendo locos a los espectadores con sus ideas. Le gustó, sobre todo, seguir este camino de Macbeth.

El elenco Artistas Periféricos también puso en escena Menos el pecho de Deolinda, escrita por Susana Lage y dirigida por Liliana A Rodríguez.

El gran director de teatro Oscar Kummel la preestrenó en el '99, cuando Susana estaba en México, donde realizaba un posgrado. En el 2000 fue el estreno oficial en el Auditorio y fue un éxito. Susana se llevó después a todo el equipo a presentar la obra a México donde pasó algo cargado de significado. En esos días, una mujer con su hija quiso pasar a EEUU a buscar a su marido por el desierto y se quedó sin agua. La madre muere y la hija no. Esto conmovió a los mexicanos que se sintieron identificados con la Difunta Correa.

Lage, que tiene un Magister en Letras y Teatrología, dice que la Difunta Correa es una hermosa leyenda. "Los antropólogos dicen que los mitos están atados a las necesidades de una zona y acá el problema es el agua. Esto de que el niño tome leche de la madre muerta es un símbolo. Creo que sí, que encontraron una mujer que se murió, ¿y cuántas habrán muerto de sed? Me cuesta creer. Pero por eso creo que mi obra es sincera. Es una leyenda hermosa que atiende a necesidades", relata.

Sin embargo, una bruja contó que la Difunta Correa estuvo extrañamente ligada a un gran milagro en la vida de Susana Lage.

 

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