Este miércoles por la mañana, se llevó adelante una audiencia en la que el tribunal que condenó a prisión perpetua Luciana Bustos dio a conocer los fundamentos del fallo y, como consecuencia, la defensa de la investigadora del CONICET sentenciada quedó a tiro de la presentación de su queja en el Tribunal de Impugnación. Es que una vez que analicen los argumento con los que se valieron los jueces para hallarla culpable y penarla, los abogados plantearán la apelación en la instancia superior por el crimen en Las Chacritas.
A un poco más de 3 semanas de la resolución condenatoria, emitida por los jueces Gerardo Javier Fernández Caussi (presidente), Guillermo Adárvez (vocal) y Matías Parrón (vocal), el defensor Néstor 'Roly' Olivera y su codefensora Fabiana Salinas insistirán con que se trató de un caso de legítima defensa, dado que la joven docente universitaria aseguró que fue abusada por Marcelo Amarfil y que, por ello, se defendió con lo primero que encontró, es decir, un cuchillo de asado que guardaba en la guantera del auto.
La versión de la defensa resulta diferente a la que sostuvo la fiscalía a lo largo del debate, por lo que impugnarán la decisión del tribunal colegiado. En primer lugar, aseveran que el agravante no existió y, en segundo, que la mecánica del hecho tampoco fue como lo planteó el fiscal Francisco Pizarro. Si bien Bustos fue penada por homicidio agravado por el vínculo, para los defensores nunca se comprobó que hubieran sido pareja y, por tanto, no se dieron los presupuestos legales para endilgarle tal agravante.
Centrados en la legítima defensa, analizarán el fallo para encontrar los agravios y así impugnar la decisión unánime, que fue emitida el 26 de mayo último. Si el tribunal superior a revisar el fallo entendiera que el hecho fue un acto defensivo, Bustos correría con la surte de no ser castigada por ello. Es que así lo estipula el artículo 34, inciso 6 del C.P, dado que que sostiene que no será punible el accionar del que -al momento del hecho- no haya podido comprender la criminalidad del acto o dirigir sus acciones, siempre que obrare en defensa propia o de sus derechos frente a una agresión ilegítima. En tal caso, podría resultar absuelta, en un sorpresivo giro.
Mientras tanto, Bustos permanece tras las rejas con prisión preventiva hasta que la sentencia quede firme. En su defensa personal, la mujer que reconoció haber matado a Amarfil y que le habló directo a los jueces negó haber tenido las intenciones de cometer el crimen tal como lo afirmaba el Ministerio Público. La misma rompió en llanto y con la voz quebrada relató cómo fueron los hechos que acabaron con la vida de la víctima. Pese al relato y sus intentos por convencer al tribunal, resultó condenada a la máxima pena que establece el Código Penal Argentino.
Lo que se desconoce es que si la querella, que representa a la familia de Amarfil, también realizará un planteo de impugnación, ya que dicha parte pretendía que a la imputada le endilgaran el agravante de la alevosía, lo mismo que había sostenido la fiscalía a lo largo de la investigación y el debate. Lo cierto es que el tribunal que la condenó no entendió que hubiese actuado con la víctima a su merced y totalmente desprotegida del ataque. En favor de tal opinión, Amarfil presentaba una contextura mucho mayor que la atacante.