Un sádico que mató por celos: así, la amante de iglesiano asesinado, describió al otro acusado

En una extensa declaración ante el titular de la Segunda Circunscripción Judicial Javier Alonso, de más de 7 horas, Glenda Nabila Aciar cargó las tintas con el otro imputado en la causa, su pareja Luis Alfredo Montaño, al que señaló como autor del atroz asesinato. La joven de 23 años ofreció un relato en el que describió la violencia de género que sufría en manos del otro detenido y detalló el macabro plan que su marido llevó adelante para terminar con la vida de Quiroga. 

Como ya había trascendido en algún momento, la mujer -8 años menor que Montaño, a quien conoció y formó pareja cuando tenía 15- dijo haber vivido un verdadero tormento en los últimos meses, cuando el padre de su hijita descubrió que le había sido infiel con otro hombre. 

"Mi clienta siempre fue víctima de la violencia de Montaño, que la agredía constantemente por cualquier motivo, la maltrataba y hasta la llegaba a patear en el suelo. En este caso, el detonante fue un mensaje de texto que recibió de parte de Quiroga. Por esto, el marido no sólo la golpeó como siempre sino que también le destruyó el celular y se quedó con el chip", contó uno de los abogados defensores Juan Fonzalida.

"Quiero sentirte", le escribió Quiroga y ese fue el mensaje que supuestamente desató la ira que Montaño tenía dentro suyo. Según la versión, a partir de ese momento, el hombre traicionado comenzó a intercambiar mensajes de texto con Quiroga haciéndose pasar por su mujer e invitándolo a un nuevo encuentro. Del otro lado del teléfono ni se imaginaban que la cita era directamente con la muerte.  

"Le hacía llamadas misteriosas, ponía a Glenda al teléfono para que le dijera dos palabras y cortaba. Logró confundir a Quiroga, tanto que cayó en su trampa y asistió al lugar consignado, donde lo sorprendió y lo mató", indicó Fonzalida. 

Con un nivel de detalle, digno de una mente maestra, según explicó Aciar, Montaño planeó la emboscada para su víctima; tenía decidido acabar con su vida y, quizás de algún modo, borrar la vergüenza de haber sido engañado. "Ya le había advertido a Glenda que los iba a matar a los dos, pero ella no le pudo decir nada a Quiroga porque estaba incomunicada y encerrada en su casa", aseguró el letrado. 

Aciar contó que su pareja compró combustible días antes de cometer el crimen, juntó neumáticos y malezas en el monte donde finalmente lo ejecutó.

"Vas a hacer lo que yo te diga", le ordenó a la muchacha y le pidió que lo esperara. Cuando Quiroga se presentó, la saludó y por detrás Montaño lo sorprendió y lo golpeó con un fierro. Una vez caído en el suelo, lo volvió a atacar con el objeto contundente y le pegó directo en la nuca. Todo esto detalló la mujer detenida, mientras desbordaba en lágrimas.

"Luego lo roció con nafta y lo cubrió con las gomas y las ramas. Procuró que el fuego no se apagara en toda la noche y hasta por momentos obligaba a Glenda a mirar cómo el cuerpo se quemaba", aseveró el defensor. Una vez consumido por completo, le exigió a la muchacha a esparcir los restos en diversos lugares, uno de ellos la letrina de su vivienda, según comentó.

"Creemos que Glenda también pudo ser asesinada en ese lugar si no hacía lo que Montaño le pedía", añadió.

Los días siguientes, la defensa expresó que Montaño intentó controlar la situación a la distancia, pues había tenido que volver a la mina donde trabajaba. "La obligaba a que a cada rato le mandara fotos y videos para saber dónde ella estaba. También la forzó a que se cortara el pelo 'a la papa' para que ningún otro hombre, excepto él, se interesara por ella", dijo el abogado. 

Cuando la Policía se presentó en su casa, después de que supieran que el móvil de Quiroga había sido prendido por última vez en las cercanías, según el defensor, para Aciar fue un alivio por lo que de inmediato, y pese a la presunta presión que recibía de su marido, confesó lo sucedido. 

"Quiroga era la persona con la que tenía una aventura, la trataba bien. Ella no tenía ningún tipo de móvil en su contra ni intenciones de matarlo. Sin embargo, no puedo decir lo mismo de Montaño que por celos le quitó la vida", argumentó el profesional.   

Sobre la calificación que Alonso le impuso a su defendida, Fonzalida fue claro al respecto: "Se están investigando los hechos y eso puede variar. Pero es necesario valorar todo los elementos y que Glenda haya sido víctima de violencia de género -emocional, psíquica y físicamente- casi en su máxima expresión debería entrar en consideración. Alguien de su tipo no tiene la capacidad de salir de ese espiral, ni de manejar sus propias acciones". 

Mientras tanto, la ex amante permanece tras las rejas en la Comisaría 28º. Montaño, por su parte, hasta el mediodía de este viernes estaba ejerciendo su derecho de defensa y declarando en la indagatoria en los Tribunales de Jáchal. 

Quiroga desapareció el 26 de mayo y durante dos semanas se desplegó un impresionante operativo para dar con su paradero. Finalmente, la mujer -por ahora sindicada como la coautora- fue quien confesó lo sucedido hace más de un mes.