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SUSCRIBITESu vida siempre estuvo ligada al histórico club sanjuanino. Gladys Alcaraz es sinónimo de amor y fidelidad a los colores y los “pibes” que forman parte de la institución con sede en Rivadavia.
“¿Hace cuánto está en El Globo?”, fue la pregunta de este medio a Gladys Alcaraz, la personaje sanjuanina de este jueves. Su respuesta fue contundente: “Desde que nací”. Sus 66 años estuvieron ligados a la histórica institución sanjuanina. Desempeñó varios roles, pero siempre tuvo como meta brindar todo su amor y fidelidad a los colores y los “pibes” que forman parte del club.
Gladys era vecina del primer hogar de El Globo, ubicado cerca de la esquina de calles Paula Albarracín de Sarmiento y 9 de Julio, Capital. Allí forjó su pasión por el club. Durante su adolescencia brindó clases de esgrima y defensa personal. También llegó la oportunidad de ser dirigente, cuando a los 17 años participaba de las comisiones de apoyo.
Ya en su juventud formó su familia con una gloria futbolística y presidente del club, “Kerino” Alcaraz. Son padres de cinco hijos, quienes se criaron, trabajan y trasladaron el amor hacia “El Globito” a las futuras generaciones.
La historia de amor entre los Alcaraz y el club también tuvo varias dificultades. El primer gran golpe llegó durante la década de 1980, con la pérdida de la histórica sede. Fueron casi diez años de lucha por parte de la familia y demás colaboradores -jugadores y padres de los futbolistas- para que El Globo tenga su nueva casa. Ocurrió en 1993, cuando se instalaron en Rivadavia, más exactamente en la intersección de Meglioli y Comandante Cabot.
Pero la historia de los Alcaraz y El Globo es remar y remar, muchas veces en dulce de leche. Siempre hay dificultades. Las preocupaciones de Gladys, actual tesorera de la institución y “mamá del corazón”, son los pagos correspondientes al club, las obras a realizar y la contención a los “pibes”.
Pasaron muchas cosas durante el último tiempo. Las penurias económicas y los problemas familiares de los chicos que van a jugar son las historias que más conmueven a Gladys. Por este motivo, siempre hace un pedido especial a los padres y hermanos de los futbolistas: “Acérquense y conozcan el club”.
Son hechos que obligan a Alcaraz a estar presente en el club, pese a las dificultades en su estado de salud. “Tengo que venir a contener y a sostener a los ‘sinvergüenzas’ de los jugadores y al club”, dijo.
Ahora, el objetivo de Gladys y su familia es claro. Quieren hacer crecer a El Globo con la mayor cantidad de obras posibles. Cuentan con un predio de casi cuatro hectáreas y la predisposición de toda la institución. Para ello, llamó a los interesados a acercarse a la sede en Rivadavia y colaborar con iniciativas deportivas y sociales.
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