El pasado lunes 11 del corriente mes, Alberto Mattar, un hombre de 72 años de profesión ingeniero, protagonizó un hecho que fue noticia no solo en San Juan sino en todo el país: salió en tanga a caminar por la Plaza 25 de Mayo a reclamar por la prostitución en la vía pública.
El reclamo puntual incluía un baldío abandonando en Avenida Córdoba entre Güemes y Caseros. En este lugar el ingeniero aseguraba que “funciona el bulín de las travestis, que no solo tienen relaciones sino que funcionan otro tipo de maniobras, como la droga”.
Hoy, a casi una semana, la zona está despejada sin trabajadoras sexuales en las esquinas. Y si bien no hay trabajadoras sexuales en este lugar, si los hay en otros puntos del micro centro sanjuanino.
Por otra parte, una de las trabajadoras trans, quien prefirió mantener su identidad reservada aseguró a este medio que “hay un quilombo bárbaro, nos quieren correr de esta zona, y sacarnos los subsidios, nosotros pedimos encontrar un trabajo digno y que podamos estudiar, y así salir de esto”. Como así también sostuvo que “hemos recibido muchas críticas, muy malas porque no nos dan una oportunidad de hablar y de expresarnos”. Al mismo tiempo concluyó diciendo que “vamos a ir al INADI, a denunciar a todos aquellos que nos insultan tratándonos como hombres”.
En tanto que los vecinos siguen con su postura de no querer que las trabajadoras trans se prostituyan en las inmediaciones señaladas, las repercusiones no dejan de surgir de ambos lados. Mientras la situación se define por vías institucionales, el clima tenso ya se ha instalado entre los vecinos y las trans, que por su parte siguen reclamando mejores oportunidades para su sector.