Han pasado menos de 24 horas desde que Maxi Molina recibió, luego de más de un año de lucha incansable, su ansiado trasplante de corazón. Pero la lucha de este pequeño guerrero no termina acá: ahora luchará junto a su familia por Mía, una nena de 3 años que está internada desde que nació por un problema congénito y desde hace dos años está conectada a un corazón artificial.
"Mía y Maxi son muy compinches, la pelearon juntos durante todo este tiempo. Mía es una pequeña de Buenos Aires que no conoce la luz de sol, no conoce la vida. Su historia nos movilizó muchísimo por eso nos comprometimos a realizar una campaña de concientización para que finalmente reciba su corazón y pueda cambiar su vida. Vamos a seguir pendientes de ella y vamos a luchar hasta que salga adelante", comentó Aníbal Agliozzo, tío de Maxi, en entrevista con Tiempo de San Juan.
"Estamos pasando por un momento de felicidad extrema, pero no nos olvidamos de todo lo que pasamos. Por este motivo vamos a seguir luchando para que la gente tome conciencia de que donar órganos es el mayor acto de amor que se puede hacer en esta vida. Hay muchas cosas que tienen que cambiar y Maxi nos ha dado fuerzas para seguir luchando", agregó.
En cuanto a la evolución del pequeño aseguró que: "A menos de cuatro horas de la operación pidió estar con su mamá y su papá. Últimamente ya ni hablaba pero ahora está muy animado. Lo primero que hizo fue dibujar en una cajita de guantes".
"Ahora hay que enfrentar todo un proceso de adaptación, que seguramente va a llevar varios meses", expresó.
En cuanto a la familia del donante manifestó que: "Toda la vida vamos a estar agradecidos a esa familia que en el peor momento de su vida tomó una decisión tan importante. No hay palabras para agradecer un acto de tanta grandeza", finalizó.