Claudia Chirino es psicóloga transpersonal y explica en qué consiste el voluntariado que ofrece la
ONG "Sí acompaño” de la cual es parte. Una tarea que tanto ella como los quince voluntarios que la escoltan -en promedio- desarrollan en hogares de ancianos y en las calles, principalmente en la terminal de ómnibus y alrededores.
-¿De qué se
trata la convocatoria de "Sí acompaño”?
-Somos una
ONG de voluntarios. Donamos una parte de nuestro tiempo semanal
para acompañar a personas vulnerables.
Estamos en
el Hogar Eva Perón todas las semanas y en otro hogar privado del cual no puedo
mencionar el nombre.
Lo venimos
haciendo dos años. El otro proyecto es hacer rondas con gente de calle, estamos
semanalmente asistiendo a personas que no tienen hogar.
Somos en
este momento quince personas. No hay ningún requisito especial para ser
voluntario. Si querés participar sólo entrás a la página de Facebook y dejás tu
mensaje y me llaman a mí.
-¿Qué
requisitos hacen falta para ser parte de la ONG?
-No hay
requisitos para ser de la ONG.
-¿No corren el riesgo de cometer equivocaciones al no tener requisitos?
-Equivocaciones
y errores estamos cometiendo todo el tiempo pero en este caso se trata de un voluntariado
sensible que seguramente no es para cualquier persona.
De hecho
este voluntariado no es multitudinario y tengo que salir a buscar personas que
sintonicen la misma frecuencia solidaria, que es distinta a otro tipo de
solidaridad que está más vinculada con lo reactivo. Por ejemplo cuando se pide
ayuda por algún evento climatológico o trágico, que la gente va solidariamente,
voluntariamente a ayudar. Esto se trata de otra cosa, por eso tiene otras
características.
-¿Alguna vez
han tenido algún inconveniente con este servicio voluntario?
-En realidad
nunca ha pasado nada que dañe a la ONG. Al contrario, nos ha pasado que los
dueños de los geriátricos a veces se sienten "dañados" por
nosotros, porque hay una actitud defensiva de ver '¿esta gente qué quiere?', '¿por
qué quiere entrar voluntariamente?', '¿qué va a ver que no tiene que ver?'. Me ha
pasado al menos en dos oportunidades.
Pero si hay
errores, equivocaciones, las estamos cometiendo todo el tiempo aunque también
estamos aprendiendo. De hecho en este voluntariado yo trato siempre de dejar de
consigna que es un trabajo donde se benefician ambos lados, tanto el acompañado
como el voluntario, quien trabaja además en sus propios miedos, conflictos
personales.
-¿No hay que
estar preparado de manera particular para atender a personas en el final de su vida?
-Como estamos
acompañando en el Hogar Eva Perón a personas mayores, enfermas, en el final de
la vida, y yo estoy formada en esto, estoy pensando en hacer una entrada de
voluntarios donde haya una mini capacitación especial para personas que
acompañan a otras en el final de la vida.
-¿Cómo
comenzó con este voluntariado?
-Soy
psicóloga transpersonal, trabajo por fuera de la psicología tradicional, con
los nuevos paradigmas de la conciencia. Como voluntaria trabajo hace muchos
años de manera solitaria en Mendoza, San Luis, y se me ocurrió hace poco más de
dos años atrás cuando volví a San Juan, poder darle una estructura formal a
esta actividad y empezar a difundir este voluntariado que para mí es una
herramienta más de lo que podía ser una herramienta personal.
Todo lo referido al servicio. Al menos yo le doy esta impronta a esta
actividad.
Se abre un
abanico muy importante, interesante en el aprendizaje con esta actividad. De
hecho yo lo propongo como una actividad de desarrollo personal.
-¿Cuál es el
perfil del voluntario que buscan para la ONG?
-No es cualquier persona aunque se busca en la multitud sensibilizar a otra alma que
desee lo mismo. La particularidad de esto es que lo hacemos de manera
constante. No es azaroso, sino de manera continua, sostenida, y es lo que más
cuesta encontrar.
Atahualpa Acosta