"San Juan es una de las provincias más problemáticas. Lo que pasa en San Juan y que no pasa en otras provincias es que hay tres artículos vigentes que criminalizan el ejercicio del trabajo sexual en el espacio público y en los espacios cerrados y que les dan una penalidad de hasta 20 días de arresto a las compañeras que ejercen el trabajo sexual. Nosotros queremos presentar en San Juan dos proyectos de ley, uno por la derogación de estos artículos y en segundo lugar la regulación para que las compañeras puedan trabajar con presencia del Estado en derechos y garantías”, explica Georgina Orellano, secretaria General a nivel nacional de AMMAR, el Sindicato de Trabajadoras Sexuales de Argentina, quien pasó por la Provincia para el Primer Foro de Violencia Institucional hacia el Trabajo Sexual. La regulación les permitiría como trabajadoras autónomas y como monotributistas tener obra social y una jubilación a futuro.
La dirigente informa que no hay provincias que tengan la prostitución regulada pero sí algunas donde se avanzó con la derogación de la normativa por la que se sentían "perseguidas”, como es el caso de Santiago del Estero, Santa Fe, Entre Ríos y Capital Federal; mientras que a nivel nacional hay un proyecto que presentó AMMAT en 2013 y que "quedó cajoneado” en la Comisión de Trabajo del Senado, según Orellano. "No hubo maduración política para ser tratado porque es un tema muy complejo que está atravesado por cuestiones moralistas, desconocimiento, hipocresía, tabú, prejuicio y este año pierde estado parlamentario pero con la organización vamos a presentarlo por Diputados”, observa.
Orellano dijo que con que al menos se diera la derogación de los artículos que le dan poder a la Policía para perseguirlas sería un gran avance y se sentirían satisfechas. Se trata de los artículos 124, 125 y 127 del Código de Faltas de la provincia. Durante el foro, AMMAR acordó articular con el INADI, la CTA, ATTTA y otras organizaciones de base la movida para conseguir la derogación.
Anticiparon que van a esperar a que pasen las elecciones del 25 de octubre para hacer la presentación de las iniciativas legislativas. "Lo haremos por mesa de entrada y vamos a pedir reuniones con los jefes de bloque de la nueva cámara. En Mendoza demoró un año que una legisladora tomara el proyecto y ahora se impulsa fuertemente”, estima la activista nacional.
Orellano aclara que "hay que diferenciar lo que es trabajo sexual de lo que es trata de personas, muchas de las leyes que se han promulgado tienen un impacto negativo porque van en contra del mercado sexual y nosotros estamos totalmente en contra de la trata que es un delito. En cambio, nosotros hablamos de una actividad autónoma de hombres y mujeres mayores de edad que ejercemos voluntariamente”.
Cómo viven las prostitutas locales
En San Juan hay alrededor de 200 trabajadoras sexuales, desde los 18 años y de edades maduras. "Cada una elige porque es un trabajo como cualquier otro”, dice Mónica Lencina, de la delegación local de AMMAR. "Hay un montón de trabajadores que tampoco eligen qué trabajo hacer y cuánto dinero ganar”, apunta Georgina. Según, Mónica "el 85 % es sostén de familia, no sólo porque tienen hijos, algunas no los tienen pero tienen a su mamá, su papá, hermanos menores a cargo”.
Cinthia Suárez que es trans y participó del foro por ATTTA afirma que "somos maltratadas. Si bien está la Ley de Identidad de Género, vamos a calabozos de hombres y te revisa personal masculino. Nosotros años atrás denunciamos a la jefa de la Brigada de Investigaciones y me pasa hasta el día de hoy”. Ella cuenta que trabaja en la calle desde los 15 años. "Yo no tuve opción. Mi familia es de nivel muy bajo. En mi casa tengo 5 hermanas, mi mamá y vivo con un tío que es discapacitado”, dice.
Ahí Georgina agrega que "las compañeras trans tienen una problemática especial, ellas no tienen opción porque todavía es un cambio cultural que debe darse, si bien está la Ley de Identidad de Género a ella no la toman como repositora de supermercado o niñera. Hay compañeras que deciden hacer esta actividad y con más derechos, como cualquier trabajador”. Según Lencina, hay alrededor de 40 trans sanjuaninas que son trabajadoras sexuales. "A mí mi familia no me puede llevar comida cuando estoy presa porque si yo no trabajo no tiene plata”, cuenta Cinthia.
En AMMAR apuntan que muchas chicas se van a trabajar a otros lados por la vigencia de los códigos y están repartidas por toda la Argentina. Y citan el caso de Sandra Cabrera, dirigente de Rosario que era sanjuanina, "se fue porque iban presas y en Santa Fe lamentablemente fue asesinada de un tiro en la cabeza porque ella en 2004 denunció la trata de personas, de niños y niñas en la zona de la terminal y terminó así por la complicidad policial y judicial. A 11 años el crimen sigue impune. Acá en San Juan hablando con las compañeras me dicen que se van a trabajar por temporadas a Capital Federal, Neuquén, migran a otras provincias porque acá se la pasan la mayor parte del tiempo detenidas en las comisarías o en penales de mujeres”, afirma Georgina.
"San Juan es una de las provincias con más problemas. Tiene que ver con la existencia de los códigos que penalizan la prostitución escandalosa y la prostitución peligrosa que le llaman cuando a una compañera le sale positivo el resultado de los análisis que hacen compulsivamente, violando todos los derechos y la Ley Nacional del SIDA que dice que nadie puede obligar a hacer los análisis y nadie puede violar la confidencialidad. Si es positivo en vez de 20 días, va presa 30 días”, analiza Georgina.
"Por ahí la chica no sabe que es positivo y se entera porque todos saben en la comisaría”, se lamenta Mónica. "Nosotros somos las que más nos cuidamos, usamos preservativo para todo”. San Juan tiene gabinetes de Salud Pública que atienden especialmente los casos de la comunidad de gays, travestis y transexuales pero la dirigente local opina que "hay contención de Salud por un lado y después te salen con la Policía por otro, contradiciendo todo”.
Cinthia interviene afirmando que "hasta hace unos años nos perseguían con perros como si hubiésemos matado a alguien. Ya no es con perros, es con motos por la vereda, si te vas en taxi, atraviesan el taxi con la movilidad, abren la puerta y te sacan a la fuerza”. Son tantas las veces que van presas que pierden la cuenta. "Yo en una misma semana he caído hasta dos veces y por tres días cada vez”, asegura la trans.
Por otro lado está la sociedad sanjuanina. Lencina dice que "la gente nos apoya”. Y sobre los clientes valora que "son muy buenos, son los proveedores que tenemos. En mi caso yo tengo gente fija”. El trabajo "es rentable”, dicen, pero varía mucho el ritmo de recaudación. "hay días buenos y días malos, en una noche se puede ganar 2.000 pesos y luego por tres días nada”, explica Cinthia.
De día son mamás y sostén de hogar
Orellano se fue con un pantallazo de cómo vive la trabajadora sexual sanjuanina, que no dista mucho de la realidad de casi todo el país. "Hablando con las compañeras de San Juan me cuentan de toda la violencia de la Policía, había compañeras que iban detenidas cuando tenían sus chicos enfermos y ni el fiscal ni el juez entendían la situación de que hay compañeras que tienen de 5 a 7 hijos. Me cuentan estrategias, algunas se esconden porque salen despavoridas”.
Mónica no quiere decir la edad pero sí advierte que se dedica al trabajo sexual hace 15 años. Es mamá de 5 hijos que son todos mayores de edad pero cuando empezó eran niños y ella sola los mantuvo siempre con lo que le dan por su cuerpo. "No ha cambiado nada, sigue siendo la misma prostitución, con los mismos problemas, no cambia. Yo paro la olla en mi casa que somos un montón, además de mis hijos tengo 11 nietos. Nunca oculté mi trabajo y siempre me sentí apoyada, sería hipócrita si lo hubiera ocultado”, cuenta la albardonera.
"Muchas de las compañeras acceden a la pensión de madres de 7 o más hijos o la asignación universal pero con eso no alcanza”, analiza Orellana.
La Línea Roja
AMMAR vino también a San Juan a difundir el lanzamiento de una línea gratuita, el 0810-999-26627 (AMMAR), que es atendida trabajadoras sexuales de Capital Federal que fueron capacitadas en derechos y contención. La "Línea Roja” está a disposición de las trabajadoras sexuales de todo el país para que denuncien casos de violencia institucional. "Nosotros lanzamos la línea como organización y no es una línea de Gobierno. Lo nuestro tiene que ver con la discriminación que hay, prejuicios y estigmas, en vez de tomar la denuncia de la compañera estamos media hora explicando por qué elegimos el trabajo sexual, si somos mamás, tratamos de sensibilizar a la persona para que nos tome la denuncia, por eso muchas de las compañeras terminan desistiendo de denunciar y lo hacen en la organización. La idea es visibilizar esto de que se quedan primero con que si lo nuestro es trabajo o no es trabajo y no se pone en agenda la vulneración de derechos y violencia. Por eso lo maneja AMMAR para mostrar al Estado con datos empíricos cuánta violencia hay con la trabajadora sexual”, explicó Gerogina Orellano que lidera AMMAR nacional.