Fernando Aguiar murió 19 años antes que Fernando Báez Sosa y las coincidencias entre el caso sanjuanino y el crimen de 2020 en la puerta del boliche Le Brique, de Villa Gesell son demasiadas.
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SUSCRIBITEFernando Aguiar murió 19 años antes que Fernando Báez Sosa y las coincidencias entre el caso sanjuanino y el crimen de 2020 en la puerta del boliche Le Brique, de Villa Gesell son demasiadas.
Corría el mes de octubre del año 2001 y las peleas en los boliches sanjuaninos se habían vuelto incontrolables. Fernando Aguiar había ido a bailar a Eclipse, en Concepción, como un sábado más. Tenía 18 años, la misma edad que Fernando Báez Sosa, asesinado por una patota de rugbiers el 18 de enero de 2020.
El sanjuanino salió con un grupo de amigos y no sabía que esa sería la última noche que lo verían con vida. Eran aproximadamente las cinco de la madrugada cuando Agustín Aguiar, primo de la víctima, sacó a bailar a una chica y se desencadenó la pelea.
Ahí entraron en escena Diego Ramos y Emanuel Vidart, los atacantes. Las versiones policiales y judiciales indican que Vidart tomó a la chica de un brazo e increpó al joven. "¿Por qué estás bailando con mi novia?", le dijo y le pegó una cachetada. Todo se salió de control.
Ambos grupos comenzaron a pelear adentro de Eclipse y Fernando Aguiar intentó separar pero recibió más golpes. Diego Ramos, que terminaría siendo el homicida, fue señalado como uno de los más violentos del grupo.
La seguridad del boliche intervino separando a los bandos pero, no sacó a nadie de la pista de baile. Todos quedaron adentro, víctimas y victimarios.
Fernando, tal vez en un intento por alejarse de la violencia, se fue hasta el patio interno de Eclipse pero Diego Ramos lo fue a buscar y lo tomó a piñas otra vez. Una sola trompada hizo falta para tumbar al joven de 18 años que continuó recibiendo patadas en el piso del local bailable. Otra vez intervino la seguridad del lugar y finalmente expulsó a Ramos que se quedó masticando bronca.
“Me rompió la remera, lo voy a cagar, lo voy a cagar”, decía el violento mientras la seguridad lo sacaba de Eclipse. Esta es casualmente una de las coincidencias más escalofriantes de la muerte del sanjuanino con la de Villa Gesell. Una de las versiones de lo ocurrido adentro de Le Brique indica que los rugbiers comenzaron la pelea con Báez Sosa porque el joven, accidentalmente, le volcó el trago y le manchó la camisa a uno de ellos.
Hubo diferencias, claro, a la patota la sacaron inmediatamente de Le Brique. Los rugbiers de Zárate se quedaron afuera esperando encontrarse con Fernando para vengarse por haberles "arruinado la noche".
Volviendo al caso de Fernando Aguiar, éste salió de Eclipse a las 5.30 de la madrugada. El sanjuanino quería tomar aire porque había bebido demasiado y no sabía que afuera lo estaba esperando Ramos. Al igual que en el caso Báez Sosa, quien le dio muerte a Aguiar, lo esperaba agazapado para cobrarse revancha.
En el crimen de Báez Sosa intervino una patota de 8 rugbiers furibundos que lo patearon aún cuando ya había caído al piso. En cambio, a Fernando Aguiar lo atacó una sola persona.
“Mirá como me rompiste la remera”, le gritó Ramos a Aguiar antes de darle el golpe. El cuerpo de Fernando cayó como un latigazo al suelo y todos los testigos escucharon un sonido que les heló la sangre: "crack". Era el sonido del cráneo del sanjuanino rompiéndose contra el pavimento.
Los remiseros que esperaban para levantar pasajes en la puerta del boliche fueron los primeros en auxiliarlo y aseguraron que Fernando vomitó, recuperó la consciencia por unos segundos y volvió a cerrar los ojos para nunca más despertar.
Cuatro días después, el 17 de octubre, el joven de 18 años moría en una cama del Hospital Privado producto de la lesión en el cráneo que le provocó Ramos al golpearlo.
Fernando Báez Sosa falleció en el acto y al igual que el sanjuanino lo hizo por los fuertes golpes que recibió en la cabeza. La autopsia reveló que la causa de muerte fue un "un shock neurogénico".
Es en este punto donde las historias se bifurcan. Diego Ramos intentó huir de la escena del crimen y fue detenido por las personas que presenciaron la pelea. Pasó poco tiempo preso pero fue liberado antes del juicio y se aseguró de desaparecer hasta que le llegó el momento de sentarse en el banquillo de los acusados.
La causa tardó seis años en llegar a juicio. El 19 de febrero de 2007 Ramos fue condenado por "homicidio preterintencional y lesiones leves en perjuicio de Fernando Aguiar". Fueron los jueces de la Sala Primera de la Cámara Penal y Correccional quienes lo encontraron culpable. El tribunal integrado por Arturo Velert Frau, Diego Román Molina y Raúl José Iglesias entendió que Ramos no quiso matar a Fernando sino lastimarlo. Por eso, recibió una condena de 2 años y 9 meses y no fue a la cárcel.
Los rugbiers del caso Báez Sosa fueron detenidos por la Delegación Departamental de Investigaciones (DDI) de Villa Gesell en el departamento que alquilaban, varias horas después del homicidio. Hoy el juicio contra Máximo Pablo Thomsen; Ciro Pertossi; Enzo Comelli; Matías Franco Benicelli; Blas Cinalli; Ayrton Michael Viollaz; Lucas Fidel Pertossi y Luciano Pertossi tiene en vilo al país.
Las marchas en distintas ciudades de Argentina se multiplicaron y el pedido fue unánime: perpetua para los 8 homicidas. Aquí la historia entre el sanjuanino y Báez Sosa vuelve a bifurcarse, tal vez para bien, porque quizás esta vez los asesinos sí reciban la prisión perpetua.
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