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Historias del Crimen

El asesinato en una fiesta de bautismo en el barrio La Estación

Fue una madrugada de 2005, todo fue por una rivalidad entre vecinos del Barrio La Estación. Un joven terminó asesinado a cuchillazos a metros de la fiesta.

Por Walter Vilca

Cómo se entiende que una fiesta, justamente, para celebrar la llegada de una nueva vida, culminara en el asesinato de otra persona. Pero ocurrió, fue una madrugada de diciembre de 2005, mientras se festejaba el bautismo de un bebé en el barrio La Estación en Rawson. De un momento a otro se desató una pelea y uno de los invitados terminó en la vereda asesinado a puntazos.

En esto nada tuvieron que ver los padres del bebé ni los dueños de la casa de la manzana 17 del populoso barrio rawsino de La Estación. El problema devino de una vieja rencilla que tenía uno de los familiares de los dueños de la propiedad, que para colmo no era parte del convite, y uno de los invitados a esa fiesta en la noche del sábado 10 de diciembre de 2005.

El motivo del encuentro era celebrar la ceremonia de bautismo del bebé de una chica de apellido Caballero y su pareja Eduardo Malbrán. Ambos vivían con los padres de la joven, que obvio estuvieron gustoso de recibir en su casa a algunos familiares y amigos para festejar el sacramento del bautismo del niño.

Tal parece, había algunos conflictos o deferencias entre los miembros de la familia. Porque Mario Rafael Muniello, concubino de otras de las hijas de los dueños de casa, no estaba invitado a la fiesta pese a que residía allí y tenía una pieza en el fondo de la propiedad.

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El lugar. Así luce actualmente el popular Barrio La Estación de Rawson.

El lugar. Así luce actualmente el popular Barrio La Estación de Rawson.

A contramano de esto, al que sí invitaron y esperaron en el festejo fue a Adrián Emilio Molina y a la mujer, quienes eran vecinos de la misma cuadra y amigos del papá del niño bautizado. Pero había algo más. Molina andaba muy enemistado con “El Pelo Duro” Muniello y su rivalidad era tal, que existían versiones que decían que ambos prometían tomarse a trompadas donde se veían.

Se suponía que esa noche no se iban a encontrar en la fiesta o, al menos, si se cruzaban, evitarían decirse algo por respeto a los dueños de casa. Además, esa noche Muniello salió con su pareja antes que empezara la reunión familiar. Supuestamente se fueron a un cumpleaños y planeaban regresar muy tarde. Es así que todo hacía presumir que no se verían las caras. Tampoco era para tanto, pensó alguno.

De invitado

Molina y su mujer llegaron a la casa de los Caballero y se sumaron a la mesa. La versión policial fue que cerca de veinte personas concurrieron a la fiesta. Había comida y bebidas. Después salieron a comprar más, para preparar tragos de fernet y gancia, mientras que pusieron música de cuarteto y cumbia para alegrar la noche.

Ya eran las primeras horas del domingo 11 de diciembre de 2005, cuando Mario Muniello regresó a la casa de la familia Caballero. Algunos de los presentes dijeron que entró con rostro serio, saludó muy fríamente a parte de los invitados y pasó por entre medio en dirección al fondo de la casa.

Es posible que en ese corto trayecto por el comedor de la casa alcanzó a ver a Adrián Molina y eso lo puso furioso. Otros contaron que todo fue una sumatoria, porque también se molestó en razón de que estuvieron ocupando su equipo de música sin su autorización.

Muniello se acostó a dormir en el patio de la casa. Esto por el calor que hacía esa madrugada y porque le gustaba dormir a la luz de la luna durante el verano. Sin embargo, su tranquilidad no duró mucho. Según la declaración de la pareja de “El Pelo Duro”, en esos momentos en que ellos intentaban dormir, aparecieron Molina y Eduardo Malbrán en el fondo de la propiedad.

Entre Muniello y Molina había un conflicto anterior y se prometían agarrarse a golpes.

Estos dos últimos jóvenes salieron a orinar, según la versión. Supuestamente ahí, Molina se puso a provocar a la novia de “El Pelo Duro”: “Vení, sacudimela… Qué ricas que estas”, largó, según la chica. Esto también fue escuchado por Muniello, que amagó con levantarse de la cama para ir a pegarle, pero la joven lo frenó y entonces quedó con la rabia atragantada, mientras los otros volvieron a la fiesta.

Hay dos versiones. Una que señala que esa situación no existió, que fue un invento que sacaron después para justificar el ataque de Muniello. Otros aseguraron que ocurrió y que “El Pelo Duro” no se bancó la afrenta, se levantó de la cama y salió por un costado de la casa a buscar a su amigo Cristian Sebastián “El Bocha” Herrera para vengarse de Molina.

Los dos eran íntimos amigos y se hacían los “tumberos” y los pesados en el barrio, según testigos. La sospecha es que entre ambos planearon sacar a Molina de la fiesta y cobrarse la vieja disputa que tenían con él.

Provocación y ataque

Así fue que pasadas las 3 de la mañana arribó a la fiesta “El Bocha” Herrera y le pidió a Malbrán que sacara a Molina de la casa, que quería hablar con él en la calle. El mensaje llegó a oído de este último, quien se negó a salir porque supuso que afuera iban a atacarlo. Pero Herrera insistió que saliera.

Pasado un rato, el propio Molina tomó coraje, entregó el celular y la billetera a su pareja y caminó hacia la vereda. Segundos más tarde se armó el alboroto. Malbrán, los dueños de casa y otros invitados salieron a la calle cuando se enteraron que Molina y Herrera se empujaban e insultaban con intenciones de tomarse a golpes.

“Que nadie se meta porque le doy pegar un tiro”, gritó “El Bocha” para impedir que los presentes se metieran en la pelea, según declaró un testigo de la causa. A todo eso, se manoteaban mientras otros intentaban separarlos. Muniello permanecía apartado en esos instantes.

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El asesino. Esta es  una foto de Muniello en ese entonces. En aquel momento tenía 20 años.

El asesino. Esta es una foto de Muniello en ese entonces. En aquel momento tenía 20 años.

Hasta que, en medio del tumulto, Muniello se acercó a Molina y le largó lo que parecían golpes al cuerpo. En realidad, como era de noche y la confusión era grande, no vieron que portaba el cuchillo.

Todos fueron coincidentes en que, tras esa escena, Muniello se alejó rápido. Herrera tiró otros manotazos, hirió en el hombro a Malbrán de un puntazo y también emprendió la fuga. Molina, que para entonces gritaba del dolor, pretendió perseguirlo, pero cayó a los pocos metros.

Recién ahí sus amigos y vecinos vieron que su camisa estaba manchada con sangre y que tenía dos heridas cortopunzantes. Le habían dado un puntazo en el pecho y otro en el abdomen. Eso generó más gritos y desesperación porque respiraba dificultosamente y parecía que se moría.

El deceso

Y no se equivocaron. La herida en el pecho fue profunda y mortal. Molina resistió unos minutos y falleció en la vereda de una casa vecina antes que llegara la ambulancia. Cuando aparecieron los uniformados de la Motorizada N° 2 y de la Seccional 6ta de Rawson todo era un caos y tanto Muniello como Herrera habían fugado del barrio.

La madre y la hermana de Molina no duraron en señalar a ambos como los asesinos. Otros dieron testimonios confusos, como que no vieron armas o no sabían con certeza quién le propinó los puntazos a la víctima.

Esa misma noche el entonces juez Leopoldo Zavalla Pringles, del Primer Juzgado de Instrucción, libró la orden de captura contra Muniello, de 20 años, y Herrera, de 19. Los policías de la Brigada Sur y de la Brigada de Investigaciones de la Central de Policía realizaron diversos allanamientos, pero no dieron con ellos.

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El juicio. Muniello y Herrera fueron juzgados y condenados en 2007. Foto de Diario de Cuyo.

El juicio. Muniello y Herrera fueron juzgados y condenados en 2007. Foto de Diario de Cuyo.

A los días, “El Pelo Duro” Muniello se entregó voluntariamente en compañía de su abogado defensor en Tribunales. Lo propio hizo “El Bocha” Herrera, aduciendo que no sabía por qué lo buscaban.

Ambos fueron procesados y trasladados al Servicio Penitenciario Provincial. Muniello fue acusado de autor del delito de homicidio simple, mientras que a Herrera le atribuyeron participación principal en el asesinato. Molina, la víctima, tenía 26 años y era padre de cinco niños.

Las condenas

A fines de agosto de 2007, “El Pelo Duro” Muniello y “El Bocha” Herrera fueron juzgados en la Sala III de la Cámara en lo Penal y Correccional. El fiscal José Eduardo Mallea argumentó que ambos se pusieron de acuerdo para sacar de la fiesta a Molina y matarlo a puntazos en la calle. Fue así que pidió la pena de 11 años de cárcel para los dos como coautores del delito de homicidio simple.

Los defensores de los jóvenes sostuvieron posiciones distintas. El abogado de Muniello sostuvo que éste protagonizó una riña y respondió a una agresión. El representante de Herrera, en cambio, dijo que el joven participó de la gresca en donde estuvieron involucradas muchas personas, pero que tuvo contacto con Molina.

Los testimonios, por el contrario, dejaron en claro que uno hizo salir de la fiesta a Molina y después el otro le dio los puntazos cuando lo agarró descuidado. Los jueces Héctor Fili, Ricardo Conte Grand y Eugenio Barbera dieron por acreditado que eso fue lo que sucedió y que ambos tuvieron una responsabilidad compartida en el asesinato. En su veredicto, condenaron a Mario Rafael Muniello a 9 años de prisión y a Cristian Sebastián Herrera a 8 años y 6 meses de cárcel.

Los dos fueron alojados en el penal de Chimbas. A los años, Herrera salió con la libertad condicional y en 2015 le dieron por cumplida la totalidad de la pena. Muniello empezó gozar de salidas transitorias y a principio de 2013 fue declarado prófugo debido a que no regresó al Servicio Penitenciario Provincial. Un año más tarde, el 11 de mayo de 2014, la Policía lo recapturó dentro del mismo barrio La Estación.

Muniello estuvo preso un año más y recuperó la libertad en 2015. Los informes judiciales señalan que volvió a reincidir en julio de 2019. Cayó detenido por el delito de tenencia de arma y fue condenado a 1 año y 6 meses de prisión. Esa pena la cumplió el 2021, desde entonces no se sabe qué es de su vida.

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