Una mujer donde la tristeza la invadía, se vió dentro de la Sala Penal III, del Palacio de Tribunales. Hablamos de Esther González, madre de Alfredo Turcumán, asesinado por un cuchillazo mortal, causado por Claudia Moya. Tras el fallo, la mujer salió a la puerta y habló con la prensa “solo un minuto más quería estar con él” dijo entre insostenibles lágrimas.
Fue una mujer que lucho día a día, y que en esta causa estuvo siempre presente por su hijo, sin bajar los brazos para que se haga justicia: “Quiero recordar un lindo momento de él, estoy tratando de que esta tristeza no me quite la alegría de esos momentos que viví junto con él”.
Con pocas ganas de hablar y entre los brazos de su hijo, un colega le preguntó ‘¿Va a perdonar a Moya?’, y su hijo rápidamente contestó por ella: “Solamente Dios la tiene que perdonar”.
Dentro de la Sala III, donde se dictó la sentencia final, hubo momentos de muchos minutos de espera, que para ella se volvieron eternos. Entre lagrimas y sentada sobre una silla esperaba ansiosa por el veredicto.
Claudia Moya fue culpada por homicidio agravado por el vínculo y estará tras las rejas por 15 años. El miércoles, en el último día de debate, la fiscalía pidió la condena máxima, perpetua, mientras que la defensa pidió como primera sentencia, ser sobreseída, y en segunda recibir solo 8 años de prisión. El triunvirato decidió esta condena y la sentencia se dará el próximo 24 de agosto.