El 10 de mayo de 2015 Pablo Vargas (12) iba a la cancha a ver a San Martín, como todos los domingos, con su hermano, su primo y un amigo. Cuando pasaban por el Bº San Martín, un portón mal colocado se le cayó encima y le quebró el fémur en 3 partes.
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SUSCRIBITEEl 10 de mayo de 2015 Pablo Vargas (12) iba a la cancha a ver a San Martín, como todos los domingos, con su hermano, su primo y un amigo. Cuando pasaban por el Bº San Martín, un portón mal colocado se le cayó encima y le quebró el fémur en 3 partes.
A poco más de un año del accidente todavía no puede caminar con normalidad y tuvo que repetir de grado en la escuela. Tampoco pudo jugar más a la pelota, que era su gran pasión, y su familia presentó una demanda millonaria contra el consorcio del barrio por los daños con los que quedó Pablo. Según fuentes judiciales, piden un resarcimiento de $ 5 millones.
El accidente se produjo cuando los niños pasaban por el costado del portón que estaba apoyado y colocado a medias en los rieles. Por ese lugar por el que cabía un cuerpo, Pablo fue el último en pasar y tropezó con los rieles, moviendo la abertura metálica que se le cayó encima. El episodio quedó grabado en la memoria de los amigos del nene que quedó debajo de un portón de 6 metros de ancho por 3 de largo. De hecho fueron los menores quienes tuvieron que pedir ayuda y entre todos trataron de levantar la chapa para sacarlo.
Además de la fractura a Pablo tuvieron que darle 20 puntos en la cabeza.
"Él está con psicólogos, el hermano más chiquito también quedó muy traumado. No pudo jugar más a la pelota que le encantaba y todavía usa las muletas”, relató Flavia, su madre.
Pablo tiene seis hermanos más, su papá hace changas de albañilería y su mamá cobra una pensión por los siete hijos. Tras el accidente tuvieron que mudarse de una casa en Concepción, cerca del Barrio San Martín, a otro barrio de Chimbas, y alquilar para tener más espacio para su rehabilitación.
"Yo no podía seguir viviendo donde estaba porque estuvo en silla de ruedas. Es como un bebé tuvimos que enseñarle a caminar de nuevo”, explicó Flavia.
Su mamá dice que Pablo es hiperactivo y muy inquieto y que "verse en ese estado lo afectó mucho”.
Flavia no quiso decir el monto de la demanda presentada contra el consorcio del barrio pero sí asegura que es mucho dinero.
"A mí la plata ya no me interesa, si llega a salir voy a usarla para comprar una casa para mis hijos”, aseveró.
Para Pablo el fútbol es su "deporte preferido” y por eso este año volvió al club del "Catita” Moreno para empezar a jugar de nuevo pero no puede correr con normalidad.
La pierna derecha le quedó torcida y camina con el pie hacia el costado, lo que le dificulta mucho correr pero persevera y quiere volver a jugar.
