Creció admirando las antigüedades, curioso sobre el pasado y desinteresado sobre el futuro. Ya de joven pensó en estudiar arqueología y de hecho compraba libros de ciencia, pero al mismo tiempo “odiaba” ir a la escuela. “De adolescente no era buen alumno, era rebelde. Tuve mis vicisitudes en mi paso por varios colegios secundarios y esas vicisitudes me llevaron a tener que trabajar antes que a estudiar”, confesó el paleontólogo e investigar de la Universidad Nacional de San Juan, Ricardo Martínez, en una entrevista a fondo con Paren las Rotativas.
El profesional empezó a trabajar de joven como empleado bancario y si bien intentó estudiar geología en un principio, los estudios poco compatibilizaban con sus horarios en el banco. “Entraba a las 7 de la mañana y salía a las 17hs. Me quedé libre en las materias y decidí dejar. Dije ´el día que pueda seguir mis estudios, lo haré, mientras tanto tengo que trabajar´”, expresó Martínez, quien en ese tiempo ya estaba casado y con tres hijos.
Pero nunca perdió la motivación por el estudio. Y a los 30 años, cuando sus labores lo “liberaron” un poco, decidió regresar a la universidad. A esa edad comenzó a estudiar Geología en la facultad de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales para luego especializarse en el estudio de los dinosaurios. Este camino es el que recorrió Ricardo Martínez y gracias al cual logró ser uno de los descubridores más importantes de dinosaurios del mundo. Atesora entre sus hallazgos más queridos el Eoraptor y el Panphagia, dos especies que le permitieron a la Provincia ser reconocida a nivel internacional como la meca de los dinosaurios.
La decisión de ser paleontólogo tuvo que ver con su amor por las antigüedades pero la definición final llegó tras una charla con Oscar Alcober, el otro paleontólogo sanjuanino de gran trascendencia, ahora a cargo del Museo de Ciencias Naturales. “Empecé a ir al Museo de Ciencias Naturales y gracias a Alcober me involucré, me encantó el trabajo. Se estudiaba con lo que podíamos porque no había bibliografía”
Desde la primera excavación, el hombre estuvo acompañado por la estrella de la buena suerte. En 1998 protagonizó una expedición a Ischigualasto junto al gran profesional Paul Sereno, propulsada por la universidad de Chicago y el museo Bernardino Rivadavia. Esta experiencia fue la primera aproximación real a encontrar fósiles de vertebrados, antes había encontrado fósiles pero de invertebrados en la precordillera. Fue en esta primera campaña cuando encontró una figurita difícil: un esqueleto de un herrerasaurus, actualmente el más completo y mejor preservado que se encuentra en la Provincia.
En una charla exclusiva con Paren las Rotativas, Martínez explicó todo con lujo de detalles, con una calidad técnica y una didáctica que asombran y envuelven en el relato hasta al más ignoto. Los dinosaurios tienen una mística especial, no en vano los paleontólogos que se especializan en dinosaurios son las vedettes dentro de este mundillo científico que supo ser más conocido en el mundo tras la proyección de la película de Steven Spielberg, Jurassic Park.
Y para llegar al hallazgo hay un enorme trabajo detrás: “Requiere una planificación con bastante tiempo: quiénes van a ir, equipos y vehículos necesarios y en condiciones, cómo llevar agua para que nos alcance para tomar, cocinar y lavarse los dientes”. Ricardo, hasta el momento, descubrió 3.500 fósiles y 40 especies distintas.