Se desarrollaron este martes por la mañana los alegatos de las partes en el juicio oral que sigue contra un pintor de 43 años que está acusado de infectar a su pareja con VIH y la fiscalía y la querella solicitaron tres años de prisión en suspenso por el delito de lesiones graves. En tanto, la defensa oficial pidió a la Cámara en lo Criminal la nulidad del proceso al entender que se violaban derechos de la intimidad o, en su defecto, que sea absuelto porque nunca tuvo intención de causar daño a quien era su pareja, informó el portal de noticias mendocinos El Sol Online.
De esta forma, el caso inédito que comenzó la semana pasada en la Primera Cámara del Crimen llegará a su fin el jueves cuando el tribunal de a conocer la sentencia.
El primero en argumentar el caso fue el fiscal Javier Pascua. Luego lo hizo la querella, representada por Fernando Peñaloza. Ambos coincidieron en el moto de la pena y también en que el imputado debe someterse a un tratamiento psicológico.
Antes del inicio del proceso oral, tanto la denunciante como el acusado hablaron con El Sol –que reveló el caso– y detallaron versiones distintas de cómo se produjeron los hechos.
La mujer, de 35 años –se reserva su identidad– fue contundente al señalar y cuestionar al imputado. "No me preocupaba lo que él hacía con su cuerpo, sino que decidió sobre el mío, siendo consciente de los daños que me estaba causando. Quiso provocar daño a mi salud y a mi cuerpo”, aseguró la denunciante. Y agregó: "Fui engañada, humillada, violada, traicionada, al darme cuenta de que todo el tiempo ejerció violencia con impunidad, logrando perjudicar mi integridad física”.
Por su parte, el pintor oriundo de Las Heras y padre de seis hijos, explicó que no tuvo intención de generar un mal y explicó que no le contó a la concubina que padecía el síndrome de inmunodeficiencia adquirida desde el 2010 por miedo al rechazo. "Nunca tuve la intención de infectarla, no fue a propósito. A todas las parejas con las que estuve les avisé”.
De esta forma, el caso que llegó a debate, que se suma a otro sucedido en Rosario –fue en el 2003 y terminó en condena–, llegará a su fin el jueves cuando el tribunal, presidido por el juez Victor H