"Una cumbre europea sin Merkel será como París sin la Torre Eiffel, como Roma sin el Vaticano", dijo uno de los asistentes a la última cumbre de líderes europeos que cuenta con la presencia de Ángela Merkel, que deja la primera magistratura alemana después de 16 años.
La canciller se fue ovacionada por sus pares, y todos admitieron que sin ella “habrá un vació muy difícil de llenar".
En su discurso de despedida, Merkel señaló que "superamos muchas crisis, pero tenemos una serie de problemas sin resolver", en alusión a la situación migratoria, la recuperación económica postpandemia y el Estado de derecho en los países del bloque, ante un notable avance del neonazismo y otras expresiones de la extrema derecha, que crecen ante la incertidumbre económica regional.
Al terminar la ceremonia, Merkel avisó que haría algo que no pudo hacer durante mucho tiempo por estar colmada de responsabilidades: ir a la ópera.
Tras el encuentro y la cena posterior con el rey de Bélgica, se fue a ver un espectáculo donde se interpretaba música de Mozart y Beethoven.