La ciudad de Nueva York entró este lunes en la Fase tres de su desescalada, que permitirá, según las autoridades, el regreso al trabajo de 50.000 trabajadores a negocios como los salones de manicura o masajes, mientras se intensifica el debate sobre el aumento rampante de los índices de violencia en la ciudad, tras un fin de semana con 11 homicidios en 30 tiroteos.
Con la entrada a la tercera fase de la reactivación económica y el regreso de la vida social, la Gran Manzana permitirá también a partir de hoy la apertura de salones de tatuaje y la práctica de juegos de equipo, prohibidos hasta ahora.
Sin embargo, tal y como recordó hoy el alcalde Bill de Blasio en una rueda de prensa, los restaurantes no podrán servir comidas en el interior, como estaba previsto, y tendrán que seguir centrando su actividad exclusivamente en terrazas y en patios.
El regidor insistió en que la apertura de los interiores de los restaurantes en otros estados del país han favorecido la propagación de la COVID-19 y apuntó que, por el momento, seguirá prohibiéndose esta práctica en la ciudad por motivos de salud.
Terrazas
Según las estadísticas municipales, desde la entrada de la fase 2, hace dos semanas, más de 7.000 restaurantes han abierto terrazas en la ciudad para atender a los clientes. Un total de 1.000 de estas instalaciones han sido inspeccionadas por las autoridades, que han determinado que un 85 % de las terrazas cumplían con los requisitos de seguridad sanitaria para operar.
Preocupación por el repunte de los tiroteos
Paralelamente a la crisis sanitaria y económica, las estadísticas policiales de los primeros cinco meses de 2020 arrojaron un aumento de los homicidios del 79,1 % y de los tiroteos de un 64 %, cifras que han seguido al alza en junio y cada vez preocupan más a las autoridades, divididas sobre las causas de este incremento desproporcionado.
"Este fin de semana hemos visto demasiada violencia y tenemos que hacer mucho trabajo para abordar esto, que está relacionado con toda la desvertebración de los últimos cuatro meses por el coronavirus", dijo hoy De Blasio, que sobre todo destacó la paralización del sistema judicial, la crisis económica y el hecho de que la gente haya estado "encerrada durante meses".
En este sentido, subrayó que hoy mantendrá una reunión con líderes comunitarios y policiales para tratar la cuestión e instó tanto a las fuerzas de seguridad como a la sociedad civil a colaborar para encontrar una solución a este problema, que según el alcalde afecta sobre todo a la zona norte de Manhattan y, en concreto, al barrio de Harlem.