Esta semana, Donald Trump presentó el su plan de políticas
migratorias en un mitin en Arizona. Entre otros contempla peticiones de acabar
con las "ciudades santuario", crear una fuerza especial de
deportación y mantener una "política de tolerancia cero" con los
extranjeros que se encuentran ilegales en Estados Unidos,
Ya no habla de la deportación inmediata de unas 11 millones
de personas que viven en Estados Unidos sin los papeles de residencia en regla
y también se distanció de cualquier posibilidad de que pudieran legalizar su
situación a corto plazo. Sin embargo, el candidato republicano aseveró que
"no habrá amnistía".
Un artículo publicado por The New York Times brinda la
siguiente guía para entender lo que quiere hacer el republicano con los
inmigrantes
Deportar delincuentes. Trump dijo que se centraría en
deportar, poco a poco, a los inmigrantes con antecedentes penales. "El día
uno, en la primera hora de mi presidencia, esa gente se va", dijo.
"Llámenlo como quieran llamarlo", añadió. "Se van".
Como presidente emitiría una orden inmediata para que los
agentes migratorios localicen a los inmigrantes con antecedentes penales y
aceleren su deportación. Dijo que hay más de dos millones de personas en esa
situación.
Sin embargo, esa propuesta no es radicalmente diferente a la
política actual del gobierno de Obama. En noviembre de 2014, el presidente
estableció nuevas prioridades para los extranjeros sujetos a deportación. Su
mayor prioridad es expulsar inmigrantes que suponen una amenaza a la seguridad,
pandilleros y delincuentes ya condenados. Obama ha dicho que su política se
dirige a "los delincuentes y no a las familias".
En los últimos dos años, el número de delincuentes
deportados ha caído desde su cifra más alta en 2013 que fue de 199.000. Bajó a
168.000 en 2014 y más aún el año pasado, según un análisis del Pew Research
Center.
Una de las grandes diferencias entre la propuesta de Trump y
la política actual es que el gobierno de Obama le ha exigido a los agentes el
cumplimiento estricto de la ley para evitar deportar a migrantes indocumentados
que no hayan cometido delitos o que hayan incurrido en pequeñas infracciones
como multas de tránsito. El candidato republicano parece más dispuesto a
deportar a personas que no hayan cometido delitos tan graves.
Otra de las diferencias es la velocidad y amplitud de su
propuesta. Ha sugerido que encontrará la manera de deportar a mucha gente con
procedimientos nuevos y expeditivos. Los abogados expertos en el tema dijeron
que el presidente tiene la autoridad para levantar muchas protecciones legales
con el fin de acelerar cualquier mecanismo de expulsión.
Ciudades santuario. Trump dijo que iba a cancelar los fondos
federales de las ciudades que han limitado su cooperación con las autoridades
de inmigración. No dijo a qué tipo de financiación se refería.
Según las autoridades hay cerca de 300 sitios en Estados
Unidos que son conocidos como ciudades santuario. Se trata de lugares donde las
autoridades locales han decidido no cooperar con las solicitudes de los agentes
federales que exigen retener a los inmigrantes en custodia. En la mayoría de
los casos, las fuerzas de policía o sus gobiernos decidieron no ayudar a los
agentes federales porque estaban preocupados de que la cooperación erosionaría
la confianza con las comunidades de inmigrantes que consideran vitales en los
esfuerzos de la policía para luchar contra el crimen. Algunas de esas ciudades
son Denver, New Haven, Nueva York y muchos condados de California.
Trump señaló varios casos en los que el fracaso de la
policía local para detener a un inmigrante que cometió delitos criminales tuvo
resultados trágicos. Mencionó el caso de Kate Steinle, quien fue asesinada a
tiros en un muelle de San Francisco por un mexicano que había sido deportado
varias veces, pero regresó al país.
Legalización. Aunque recientemente se especuló que Trump
podría estar suavizando su postura sobre la legalización, en Phoenix reafirmó
sus rígidas ideas al respecto. Dijo que había una sola ruta para los
inmigrantes que vivían en el país de manera ilegal: regresar a su casa y
solicitar su reingreso como todos los demás. Esta opción se parece a una idea
propuesta por Mitt Romney, cuando fue el candidato republicano en 2012.
En la práctica, los inmigrantes que salen de Estados Unidos
podrían enfrentarse a años de espera fuera del país. Trump dijo que su objetivo
principal sería enviar el mensaje de que no se puede obtener un estatus legal o
convertirse en un ciudadano de Estados Unidos al entrar ilegalmente al país.
Trump dijo que iba a trabajar con el congreso para cambiar
el sistema de inmigración, realizar un examen detallado y determinar que los
inmigrantes que vienen son personas que aman al país. Debido al reciente
estancamiento del congreso, podría llevar años que se hiciera una revisión tan
ambiciosa.
El muro. Lo primero que Trump reiteró el miércoles fue su
plan de construir un "gran muro en la frontera sur". El presidente de
México, Enrique Peña Nieto, dijo unas horas antes que en su reunión en Ciudad
de México le había dicho al candidato que su país no pagará por el muro. Pero
eso no impidió que Trump fuese ovacionado por la audiencia cuando aseguró que
"México pagará por el muro".