Un niño de 12 años alemán que no podía esperar más para ver a sus abuelos decidió coger el coche familiar y conducir él mismo los 120 kilómetros que separan su ciudad, Limbach, y la población donde residen sus abuelos, Bamberg, en la región de Sajonia, en el este de Alemania.
Los padres fueron los primeros que notaron la ausencia del chaval, que se dejó acompañar en su viaje de otro menor de 13 años. El viaje, milagrosamente, acabó sin incidentes, según publica la prensa alemana.
Los hechos ocurrieron el jueves pasado. Los padres informaron a las autoridades de que su hijo les había informado de su deseo de ir a visitar a los abuelos. Las autoridades lo localizaron ya allí. El menor tuvo incluso que circular por una autopista alemana en la que no existe límite de velocidad.
La hazaña acabó con final feliz y el menor, que demostró talento natural para la conducción, quedará sin multa, al no alcanzar los 14 años de responsabilidad penal que exige Alemania.
(Fuente: Diario Uno)
