La Policía mató a tiros a un hombre joven en el sur de Los Ángeles al final de una persecución de tránsito, lo que dio pie a una protesta de decenas de personas frustradas con la muerte de otro negro en manos de agentes.
En el fin de una semana difícil para la comunidad afroamericana por los reiterados casos de violencia policial y ante la creciente preocupación de todo el pueblo estadounidense, la muerte de este joven, al menos la quinta en dos semanas, no resulta un caso más.
La persecución comenzó cuando los oficiales vieron un auto que circulaba con placas de papel y pensaron que podría ser robado, por eso intentaron darle el alto, según indicó el sargento Barry Montgomery. Pero el conductor no se detuvo.
Entonces, comenzó la persecución hasta que el pasajero descendió del vehículo y corrió hacia la parte trasera de una casa, donde fue baleado. El conductor huyó y continúa prófugo.
Se encontró un arma corta en el lugar del tiroteo, indicó la Policía en un comunicado el domingo de madrugada. El departamento no proporcionó más información sobre el arma. Montgomery dijo que se había recuperado un arma en el lugar, pero no aclaró de qué se trataba o qué ocasionó el tiroteo.
Ante esta situación, decenas de personas acudieron al lugar tras los disparos. Cuando se extendieron las noticias sobre lo ocurrido, un grupo bloqueó una intersección cerca de la vivienda donde ocurrió el incidente. Algunos alzaron carteles con el lema "Las vidas de los negros importan", y otros gritaban a los agentes que se mantenían tras una cinta policial, con cascos antimotines.
Esta manifestación se suma a una serie de protestas desencadenadas por la muerte de varios hombres negros a manos de policías en todo el país. En la última semana, un hombre negro desarmado murió baleado por la policía en El Cajon, un suburbio de San Diego, lo que desató días de protestas indignadas y en ocasiones descontroladas. La muerte el viernes de un hombre negro armado con un cuchillo en Pasadena, California , también por disparos de la policía, dio pie a dos protestas en su mayoría pacíficas.
Los familiares del hombre muerto en Los Ángeles lo identificaron como Carnell Snell Jr., de 18 años, y dijeron que había muerto en la misma calle donde vivía. Su madre, Monique Morgan, acudió a la protesta. "Sólo estaba en mi casa, y recibimos una llamada de teléfono que dijo que la policía le había disparado cinco veces por la espalda", dijo.
La Policía no reveló cuántos disparos recibió Snell o si estaba de espaldas.
(Fuente: Diario Uno)