Unos 30 civiles, entre ellos, varios niños, murieron a manos de yihadistas del Estado Islámico (ISIS, por sus siglas en inglés) este miércoles en Ghor, en el centro de Afganistán, según el gobernador de la provincia.
"Daesh (acrónimo árabe del ISIS) mató a cerca de 30 civiles, entre ellos, varios niños, que habían tomado como rehenes", declaró el gobernador Nazir Jazeh.
Las autoridades aseguraron que el ataque fue una venganza, ya que un comandante local del ISIS murió el martes a manos de las fuerzas de seguridad en combates.
Por su parte, el vocero del gobernador provincial, Abdul Hai Khatebi, atribuyó los ataques y secuestros a un grupo renegado de talibanes que el año pasado juró lealtad a la filial afgana del ISIS.
Las víctimas eran, en su mayoría, pastores.
El gobierno del presidente Ashfar Ghani conduce una operación militar contra el ISIS en la provincia de Nangarhar (AP)
El ataque ocurre en medio de una renovada ola de insurgencia en el país liderada por los talibanes, que intentan ingresar nuevamente en las ciudades tras ser removidos del poder hace 15 años, pero que también incluye unidades del ISIS que crecen en apoyo y tamaño.
Por el momento, los talibanes superan en número y poder a los militantes del ISIS.
Pero este último ataque en Ghor, en el centro del país, resulta un cambio para el grupo, normalmente confinado a la provincia oriental de Nangarhar, donde el gobierno afgano está conduciendo una operación contra los yihadistas apoyado por la OTAN.
Incluso en julio pasado, yihadistas del ISIS hicieron estallar dos artefactos en Kabul, capital de Afganistán, de modo que mataron a 85 personas en el peor atentado desde la invasión liderada por Estados Unidos en 2001.
Con información de AFP y AP.