Nada peor en una tragedia, como la que conmueve a la ciudad
de Mariana en Minas Gerais, que el retaceo de la información. Hoy por la mañana
medio millar de personas fue recogida del pueblo de Bento Rodrigues, a 20
kilómetros de distancia de esta pequeña urbe histórica, que conserva en estado
perfecto los caserones de la época de la antigua colonia portuguesa. Allí donde
fueron alojadas los llantos no cesaban por los padres, hijos y nietos, de los
que no se tienen noticias. Bento fue el epicentro de la desgracia: sus casas
quedaron literalmente cubiertas por un lodo tóxico después que se rompieran dos
diques de un embalse que contenía por los desechos químicos, aquellos que dejan
las actividades mineras de la Vale, el mayor compañía brasileña del rubro.
La alcaldía, y la propia empresa, declararon oficialmente la
muerte de una persona y la desaparición de otras 15. La Samarca, nombre de la
firma subsidiaria de la Vale, dio cuenta solo de 13 operarios que fueron
arrastrados por el mar de lama. El rescate de sobrevivientes, que continuaba
con helicópteros, debió ser suspendida poco después del mediodía por una
tempestad.
Pero el sindicato de trabajadores mineros y los pobladores
de la localidad afectada dicen que la suma es muy superior. Hablan de decenas de
personas enterradas por esa avalancha de barro contaminado. Un hombre de 70
años, Nascimento Jesus, que pasó la madrugada de hoy aislado en los techos de
su casa, dijo que no había recibido ningún aviso de la Vale para abandonar el
área donde se produjo la catástrofe. "Sólo supe lo que vendría cuando oí el
barullo del agua. No perdimos la vida solo porque Dios se compadeció”.
La empresa emitió un comunicado sobre la ruptura de los
diques. Afirma que esto ocurrió a las 15 horas. Si fuera tal como afirma la
compañía, el terrible accidente podría estar vinculado a una serie de temblores
en la región, que fueron registrados por sismógrafos de la Universidad de San
Pablo, y que sucedieron media hora antes. Los técnicos de la minera dijeron que
después de esos movimientos hicieron "testeos de los diques” y no vieron ningún
problema derivado de los cimbronazos de la tierra.
Lo cierto es que el lodo contaminado, que se deslizaba por
las barrancas montañosas, afectó varios distritos: Aguas Claras, Ponte do
Grama, Paracatu y Pedra, además de Bento Rodrigues. Las inundaciones cubrieron
varias manzanas de estas localidades, lo que habla de la violencia conque se
desplazaba el río de barro. La visión de los lugares invadidos por el barro es
poco menos que aterradora: apenas se ven los techos de las casas, "pintadas”
por el lodo tóxico, y autos dados vuelta en el camino. Los habitantes del
distrito de Parcatu contaron que apenas tuvieron minutos para abandonar el
pueblo.
El Ministerio Publico de Minas Gerais informó que "esta es
la peor tragedia ambiental vivida en nuestro estado”. Prometen que irán a
investigar la "negligencia empresarial” que no hizo sonar las alarmas como
corresponde en estos casos. Los vecinos que lograron salvarse contaron que "un
camión pasó a los bocinazo: "El conductor gritaba desesperado: salta, salta.
Muchos de nosotros pudimos agarrarnos del acoplado”. Pero hacia el final, ya no
había espacio y muchos de los pobladores quedaron abajo.