El presidente de Estados Unidos,
Barak Obama, lamentó amargamente que matanzas de inocentes se hayan convertido
en "rutina" en el país, y formuló un dramático llamado al Congreso a
discutir una legislación sobre control de armas de fuego.
"De alguna
forma, esto se ha tornado rutina. Mi respuesta, en esta sala, se volvió una
rutina", dijo el mandatario en la Casa Blanca, después de que un hombre
matara por lo menos a trece personas en una universidad de Oregon (noroeste del
país), siendo luego abatido por la policía.
Según Obama,
"también se ha tornado una rutina, por supuesto, la respuesta de aquellos
que se oponen a cualquier tipo de legislación sobre armas que tenga sentido
común".
Visiblemente
afectado, el presidente estadounidense recordó que "como ya he dicho hace
un mes, y lo he dicho unos meses antes de eso, y también cada vez que esto
pasa, nuestros pensamientos y oraciones simplemente no son suficientes. Eso no
es suficiente".
En Estados
Unidos, afirmó, "hay aproximadamente un arma de fuego por cada hombre,
mujer y niño. Y se preguntó "¿cómo es que alguien puede argumentar que más
armas nos tornan más seguros?".
En un discurso
transmitido a todo el país, Obama reiteró su llamado al Congreso para que actúe
ante la nueva conmoción nacional que causó la matanza y discuta algún tipo de
legislación de control de armas.
En la última
década, señaló, más estadounidenses murieron víctimas de actos de violencia
armada en el país que en "actos de terrorismo". "Y sin embargo,
tenemos un Congreso que explícitamente nos impide siquiera colectar información
sobre cómo podemos reducir las muertes violentas", señaló, sin ocultar su
irritación.
Para Obama, la
noción de que la constitución prohíbe cualquier regulación sobre uso de armas
"no tiene sentido".