Al menos 40 personas murieron y 170 resultaron heridas como consecuencia de un sangriento atentado causado por dos explosiones en la zona de Qazaz, en la periferia de Damasco. El ataque ocurrió cerca de varias sedes de los servicios de Inteligencia, donde algunos vehículos resultaron incendiados por las explosiones.
La televisión estatal informó que los atentados fueron cometidos por "terroristas" en una avenida de gran circulación "en momentos en que las personas se dirigían a sus trabajos y los niños a la escuela". Por su parte, el Consejo Nacional Sirio, la principal coalición opositora, acusó al régimen de Al-Assad de estar por detrás de los atentados.
La mayoría de las víctimas serían civiles, añadió la señal. Dos enormes columnas de humo se elevaron en el centro de la capital, donde los vidrios de numerosos edificios se sacudieron por las explosiones.
Como consecuencia de lo ocurrido, el jefe de la misión de observadores de la ONU en Siria, el general noruego Robert Mood, pidió ayuda para contener la violencia en el país. "Nosotros, la comunidad internacional, estamos aquí con el pueblo sirio y pido ayuda a todo el mundo en Siria y en el exterior para detener la violencia", declaró.
El centro de Damasco se halla bajo estricto control de las fuerzas de seguridad del régimen de Bashar al-Assad, pero ha sido escenario de explosiones de varias bombas, a menudo contra instalaciones de seguridad o contra convoyes.
La más reciente explosión había ocurrido ayer mismo, cuando ocho soldados del régimen resultaron heridos en un atentado en Deraa contra un convoy que escoltaba a observadores de la ONU. La bomba estalló tras el paso de cuatro vehículos de la ONU, en Deraa, una zona agrícola en el sur del país y el primer foco del rebelión en marzo de 2011.
EL PLAN DE LA ONU, CADA VEZ MÁS LEJOS
El ataque puso de relieve los límites del plan de la comunidad internacional para utilizar observadores desarmados a fin de promover un alto el fuego entre las tropas gubernamentales y los rebeldes que intentan derrocar a Al-Assad.
El plan de paz ha enfrentado problemas desde el principio, con tropas del gobierno que bombardean zonas de la oposición y rebeldes que atacan convoyes militares y puestos de control a pesar del alto el fuego. Muchos civiles critican el plan porque dicen que no los protege de las fuerzas del régimen.
(Fuente: La Nación)