Antonio Miranda recibió lo que consideró una de las mejores noticias de su vida, que lamentablemente se vio opacada de manera insólita. Tras realizar varias jugadas en una máquina tragamonedas, ganó el premio mayor, y pese a irse con las manos llenas del casino, el desenlace no fue el esperado.
El hombre de 55 años vive en Comandante Luis Piedrabuena, Santa Cruz y desde los 16 años se dedica a la construcción. El pasado 7 de julio se fue hasta el casino de Río Gallegos, se sentó en una máquina tragamonedas y comenzó a jugar. Hizo diez jugadas, apostando un total de 6.000 pesos cuando la máquina comenzó a sonar y a mostrar en la pantalla que había ganado 100 millones de pesos.
Fue en ese momento cuando un empleado del casino se acercó, lo felicitó y comenzó a tomarle los datos. Detrás de él llegó la encargada del lugar, y el momento de alegría se convirtió en un drama que continúa hasta ahora. “La mujer dijo que no me iban a pagar el premio porque la máquina tenía un desperfecto”, comentó a TN.
Ante el desconcierto, Antonio logró sacar una foto de la máquina donde se lee la cifra en pesos de lo que había ganado mientras otros jugadores se acercaban a felicitarlo. Se retiró del lugar, pero a la hora volvió buscando una respuesta y nuevamente se negaron a otorgarle el premio.
Fue por eso que Antonio no dudo en acudir a un abogado para poder cobrar su premio, que asegura lo ganó en buena ley, ya que no había ningún cartel que identifique que la máquina tenía un desperfecto o estaba fuera de servicio. Los abogados Jesica Isa y Gustavo Insaurralde, llevan adelante la causa. Tras la denuncia que el damnificado realizó en la comisaría, los letrados hicieron lo mismo en Defensa del Consumidor.
Además, van a pedir las filmaciones de las cámaras de seguridad del casino y tratar de dar con testigos que estuvieron en el momento que Antonio ganó el premio. “Vamos a ir hasta las últimas consecuencias porque Antonio ganó el premio en buena ley”, concluyó la letrada Jesica Isa.