Por Sebastián Saharrea
Allá por el 2007, cuando se anunció que había petróleo de buena calidad en Jáchal, se habló de la suerte de Gioja. Que el crudo era lo único que le faltaba, cerrando un círculo perfecto junto a las bondades de la minería y a las de la correcta alineación política que derramaba en cataratas de obras públicas. Sin embargo, el día que YPF anunció –hace dos semanas- que levantaba campamento de San Juan, el sanjuanino seguramente habrá respirado aliviado: esa noticia, en realidad, era una buena suerte. Le evitó tener que cruzar sables con la familia Eskenazi, propietaria de una parte importante de YPF y también del Banco San Juan, en el que Eskenazi y el Estado provincial son socios.
jueves 28 de marzo 2024