La inflación golpea sin discriminar sectores productivos. Aquellos que trabajan en el rubro alimenticio deben enfrentar la inestabilidad de los precios que tienen los insumos día a día, pero lamentablemente no todos se encuentran en condiciones de trasladar los costos al valor final del producto, debido al riesgo de perder clientela. Los sanjuaninos que se dedican a la fabricación de pastas frescas sostienen sus emprendimientos a puro pulmón, procurando mantener la calidad y el precio, sin perder en el camino.
En un relevamiento realizado por Tiempo de San Juan sobre cómo es la actualidad de las fábricas de pastas frescas en la provincia se pudo observar que, si bien cada realidad es distinta, todos deben enfrentar un mismo problema: el aumento y la inestabilidad de los precios que tiene la materia prima. Martín Ginestar de M&M Ginestar, Leandro Espinoza de A puro huevo y Michel Oruste de Angioletta Pastas coincidieron en que, pese a los altos costos, siempre el precio final se va acomodando para sostener el equilibrio entre no perder ganancia y mantener la clientela.
No es una novedad que, debido a la situación económica, las familias sanjuaninas han cambiado la alimentación en base a lo que ingresa al bolsillo. Pese a ello, los propietarios de las fábricas de pastas sostienen que la clientela del sector es bastante fluctuante. Incluso señalan que hay días en los que se vende más, y otros en lo que la venta no es tan buena. “A pesar de todo aún podemos sostener la actividad”, señala Ginestar.
El secreto para no perder la clientela es mantener la calidad, ofrecer un producto que se caracterice por ser artesanal y mantenga precios considerables durante el mayor tiempo posible, pero no solo para este rubro sino para otros la estabilidad no es algo que se pueda sostener en tiempo. Por ejemplo, desde A puro huevo, Leandro comenta que generalmente se aumentan los precios entre el 10 al 15%, cada mes y medio o dos meses. "Tratamos de no hacerlo mensual porque se nota mucho. Lo bueno es que hay muchos clientes que entienden la situación”.
Similar a otros sectores, la incertidumbre limita de alguna manera a los empresarios a la hora de planificar la producción. La inestabilidad económica y la inflación golpea a los rubros alimenticios ya que, debido a los precios, las familias sanjuaninas se inclinan por alimentos más baratos, sin importar la calidad. Aun así, desde el sector sostienen que siguen siendo elegidos por los sanjuaninos, ya que lo que los caracteriza es la calidad de primera de productos frescos que no se comparan con los que se encuentran en cualquier góndola.