El equipo está formado por 10 personas de entre 18 y 36 años que fueron desplazadas de sus países de origen, por lo que los representan a la distancia, y a pesar de los conflictos.
Rami Anis, de 25 años, competirá en natación en la categoría 100 metros mariposa. Comenzó a entrenar cuando tenía 14 y vivía en Alepo, Siria, pero luego tuvo que escapar a Turquía y cuando vio que su futuro era incierto en ese país decidió subirse a un bote precario para ir a Grecia. Eventualmente fue reubicado en Ghent, Bélgica.
Yusra Mardini tiene 18 años y nació en Damasco, Siria, pero tuvo que huir ante la avanzada del terrorismo islamista. Lo primero que hizo para salvar su vida fue nadar hasta la costa de Turquía junto a su hermana, Sarah, con quien arrastró el bote en el que viajaban otros refugiados. Ahora competirá en la prueba de natación de 200 metros en estilo libre.
Yolande Mabika tiene 28 años y está radicada en Brasil aunque nació en el este de la República Democrática de Congo. La judoka fue rescatada sola por personal de ACNUR que la trasladó a un centro propio en la capital, Kinsasa, donde le enseñaron judo, entre otras cosas. "El judo nunca me dio dinero, pero me dio un corazón fuerte", explicó.
Popole Misenga, de 24 años, también es de la República Democrática del Congo y aprendió judo en el mismo centro que Mabika. "Cuando sos chico necesitás una familia que te dé instrucciones de qué hacer, pero yo no tenía una. El judo me dio la serenidad, disciplina y compromiso, todo", expresó el joven.
James Nyang Chiengjiek es de Sudán del Sur pero escapó a Kenya cuando tenía 13 años para evitar que lo secuestraran los rebeldes para convertirlo en un soldado. Ya en el campo de refugiados comenzó a entrenar y este año competirá en los 800 metros
Rose Nathike Lokonyen tiene 23 años y está radicada en un campo de refugiados en Kenya tras huir de Sudán del Sur a los 10. En su nuevo y precario hogar comenzó a entrenar en un centro a las afueras de Nairobi y pronto competirá en la prueba de atletismo de 800 metros. "Voy a trabajar duro y a probar mi valía", expresó.
Yiech Pur Biel tiene 21 años y la misma determinación que su compatriora para competir en los 800 metros. Tras quedar solo, sin su familia, en un campo de Kenya cuando tenía 10, encontró motivación en el atletismo. "Le puedo mostrar a mis compañeros refugiados que tienen la oportundiad de una vida mejor", explicó.
Paulo Amotun Lokoro, de 24, era un pastor en Sudán del Sur hasta que la guerra civil desoló su país. Primero tuvo que escapar a Kenya y ahí descubrió su pasión por el atletismo. Ahora competirá en la prueba de 1500 metros. "Sé que corro por los refugiados. Yo era uno de ellos y ahora llegué a un lugar especial", explicó.
Yonas Kinde tiene 36 años y está radicado en Luxemburgo tras huir de Etiopía. Trabaja como taxista y va a clases de francés para comunicarse mejor en su nuevo hogar, pero este año correrá una maratón en nombre de su país de origen. En octubre del año pasado completó una maratón en 2 horas y 17 minutos.
Anjelina Nadai Lohalith, de 21 años, vive en Kenia y competirá en la prueba de atletismo de 1.500 metros en representación de su país de origen, Sudán del Sur. La joven no ve a su familia desde los seis, pero cree que siguen vivos "aunque el hambre fue extremo el año pasado".
"Su participación en las Olimpíadas es un tributo al coraje y la perseverancia de todos los refugiados que superaron las adversidades para construir un futuro mejor para ellos y sus familias", expresó Filippo Grandi, el
titular de la agencia.