Claudio Fabián Tapia es uno de los principales ejes en el juego táctico y armado político de la AFA por parte de un sector grande de la dirigencia. Yerno de Hugo Moyano, empezó a moverse en el fútbol acompañado por el ex dirigente camionero, pero con el correr del tiempo comenzó a mostrar juego propio, al punto de ser el propulsor del espacio que hoy lidera.
"Chiqui" Tapia es dueño de un poder político que nadie en la AFA puede desdeñar: presidente de Barracas Central y líder del espacio "Ascenso Unido", luchó a brazo partido en el Comité Ejecutivo y se plantó contra la Comisión Normalizadora. Fue el líder del paro que arrancó la B nacional la semana pasada y que esta semana frenó el fútbol de todas las categorías del ascenso, incluido el Federal A.
Los clubes grandes tomaron consciencia de que Tapia podía ser el nuevo presidente de la AFA en junio pasado, ya que contaba con los votos de los asambleístas del ascenso y varios de Primera División.
Ahí fue cuando jugaron sus cartas. Ayudados por decisiones políticas del Gobierno, suspendieron las elecciones de junio por orden expresa de la Inspección General de Justicia (IGJ).
Sanjuanino, casado con Paola, una de las hijas de Hugo Moyano, es actual director del Ceamse y fue vicepresidente segundo de la AFA hasta que fue disuelto el Comité Ejecutivo para dar paso a los normalizadores, Tapia demostró que para las elecciones del 30 de junio pasado contaba con el apoyo del ascenso, lo que era una clara molestia para los clubes grandes, quienes lo detestan.
Y tampoco veían con buenos ojos que fuera cercano a la Selección nacional en las competencias internacionales, al punto que en la Copa América Centenario -jugada en junio pasado en Estados Unidos- era un hombre de confianza de los jugadores, junto con Juan Carlos Crespi (Boca Juniors), quien tampoco cumple hoy ninguna función en la AFA.
La fuerza de Tapia son los clubes del ascenso, que presionaron años atrás para que finalmente la "mesa chica" de la AFA lo incluyera en sus reuniones. Por eso a principios de junio pasado presentaron sus renuncias masivas al Comité Ejecutivo que encabezaba Luis Segura los dirigentes Rodolfo D'Onofrio (vicepresidente segundo), Daniel Angelici (secretario general), Matías Lammens (tesorero) y Víctor Blanco (secretario de selecciones). A partir de esa decisión, no concurrieron más a la sede de la AFA.
La jugada, claramente, fue para generar un vacío de poder en la AFA y darle lugar a la IGJ para suspender las elecciones del 30 de junio.
La pregunta es qué recurso utilizarán el año próximo si se hacen los comicios para elegir presidente. Porque el "Chiqui" Tapia sigue diciendo que tiene votos como para llegar.
La protesta que el ascenso implementó en estos días recién concluyó en la noche del viernes, tras un compromiso firmado por Pérez y Medín (y la obvia presencia del "Chiqui" Tapia), con los aportes actualizados para todas las categorías, ayuda para pagar los operativos de seguridad, con importantes descuentos en los pasajes de avión y micros.
Todos reconocen, en esa negociación favorable para el ascenso, la mano firme de Tapia.
A lo único que te temen en el ascenso es a una reforma en el estatuto -como quieren Angelici, D'Onofrio y Tinelli- que recorte y limite seriamente el alcance de esas representaciones a la hora de votar.
Algo así como voto calificado según la importancia de los clubes. Si eso llegara a suceder, revelaron fuentes del ascenso a Télam, "ninguno de nosotros dudaría en parar de nuevo el fútbol". Aunque el estallido sea de consecuencias imprevisibles.