La escuela de fútbol de Marquesado tiene algunos de sus equipos disputando el torneo de la Liga de Fútbol Infantil, de la Liga Sanjuanina. Pero también tiene unos 20 pibes que van sólo a disfrutar de la pelota sin importar si la cancha está con barro, si hay sol o si está nublado, ellos saben que doña Matilde siempre los espera con los brazos abiertos.
Matilde Monroy empezó con la escuelita porque le gusta trabajar con chicos, ella fue portera en la Escuela Nicolás de Echezarreta durante muchos años y siempre estuvo rodeada de niños. Incluso un tiempo sirvió la copa de leche en su casa. Doña Matilde se volcó al futbol por su nieto y ya lleva 15 años como encargada de la escuela.
"En el 2006 viajamos a Chile donde logramos ganar un torneo allá,” dice orgullosa la mujer que con sus 62 años todos los miércoles y viernes espera a sus niños en la cancha con el té caliente y semitas para merendar.
Hay nenes de 3 años y hasta 8 que practican supervisados por Estela de Saavedra, quien coopera con la escuelita desde hace muchos años. Mientras que un grupo de jugadores, de la categoría 2003, trabaja bajo las órdenes de Genaro Flores desde hace dos años.
"En esta escuela han empezado un puñado de jugadores de Primera”, aseguraron quienes cumplen funciones de entrenadores dentro de la cancha y ayudan a la preparación de la merienda que los chicos reciben luego de los entrenamientos.
En la cocina, un tablero sobre unos caballetes a modo de mesa pegado a un fogón donde una olla repleta de agua reposa sobre uno hierros calentados a leña. Ahí se reparte el té para los mini jugadores con semitas de la panadería de Don Navarro.
La escuelita recibió por primera vez ayuda del municipio Rivadavia para el combustible de las movilidades que llevan a los chicos a los partidos del fin de semana. El resto del dinero que necesitan lo recaudan con bingos, bailes y ayudas de los vecinos y comerciantes de la zona.
Juan Carlos Espina, presidente del Club Marquesado, les facilitó las instalaciones para que los niños puedan practicar.
Los más grandes entrenan junto a Sebastián Mejiva, quien también pone su granito de arena para que "los chicos salgan de la calle y tengan un lugar donde puedan jugar, conocer amigos y por ahí seguir en el fútbol cuando sean más grandes”, dijo.
Hace cuatro meses que Imanol Ortiz, de 11 años, y su hermano Felipe, de 5, juegan en la escuelita. Ellos conocieron varias canchas del fútbol local, pero se quedaron con esta escuela. "Nos gusta más venir a acá”, dijo Imanol.
"Lo importante es que esta gente hace algo por los niños, para que ellos tengan dónde jugar y alejarlos de los peligros de la calle”, dijo David Flores, uno de los padres que observaba de cerca la práctica de su pequeño.
Los jugadores
En el equipo que logró el ascenso a Primera juegan Gustavo y Daniel, los hermanos Saavedra, "ellos salieron de esta escuela”, contó su mamá Estela, quien sigue trabajando con Matilde. Jorge Olivares, el nieto de Matilde, actualmente defiende los colores de Villa Obrera y aún viste en el campo de juego el 9 en la espalda.
También pasaron Diego Maldonado, Carlos Carpio, Franco Mendoza, Eduardo Rodríguez, Leonel Alcaraz, Franco Olivares, entre otros.
El Dato
Matilde pone una movilidad para llevar a la cancha a 18 chicos del Lote Hogar 18 de La Bebida, en la otra punta del departamento Rivadavia. Ellos llegan a entrenar y también los pasan a buscar cuando tiene que jugar los partidos que organiza la Liga Sanjuanina de Fútbol.