La elección de Reina de 9 de Julio se convirtió en un escándalo sin solución de continuidad.
Primero renunció, según fuentes municipales, la elegida como reina, Sabrina Orellano. Horas después de que la joven obtuvo la corona, se viralizaron en las redes fotos de ella en ropa interior y poses muy sugerentes.
A Orellano la sucedió, oficialmente, Estefanía Fornés, que había obtenido la condición de virreina en un desempate con otra competidora.
Pero terció en escena Roció Rojas, que afirma tener un video que muestra que ella tiene los mismos votos que tuvo Fornés, y más sufragios que la que desempató con la actual reina.
Desde el municipio, Cristian Aguilera afirmó que "se pudo haber debido a un error humano, no sabemos de quién”, pero al mismo tiempo cargo contra la locutora del acto: "Quizá la locutora no supo descifrar lo que decían los votos y cantó algo diferente”.
"Lógicamente en un video puede salir lo que decía la locutora pero no lo que decían los papeles, y el desempate se hizo entre dos chicas, y no era ella (por Rocío Rojas) uno de estas”
"Lo que estamos evaluando también es una nueva elección, pero no lo podría confirmar ni desmentir; se imagina que fue todo un despliegue, un gasto de recursos humanos y económicos”, agregó.
"Un padre, después de la elección vino muy agradecido, el de la chica que fue al desempate, a decir que muchas gracias, y él podría entrar en este juego y pedir desempate”, contó.
"Yo he estado a cargo del evento, pero ni yo ni la gente de Cultura tocó los votos, quienes hicieron el recuento son gente del municipio que lo han hecho con la mejor fe. Contaban los votos, se los pasaban a la locutora y ella los decía al aire”, explicó.
"Los votos están en una urna cerrada en la oficina de Cultura, como debe ser. Hacer un triple desempate sería una opción, pero no sé si la mejor. Si dependiera de mí lo mejor sería que lo que se votó sea respetado. Hay que abrir la urna. Pero los votos no reflejan eso, por algo no se hizo el desempate en esa noche”, cerró.