Si el tema de las pasiones nos ocupa, puestos a observar, descubriremos fácil que son innumerables los ingredientes que las dinamizan y que las constituyen. Claro que es de importancia reconocer primero la diferencia notable entre tener y no tener pasiones. Si desearía tenerlas y no las vivo aún, también admitir como posible el proceso de descubrir el qué tema, tarea, acción o valor podría constituirse en nuestra pasión y a partir de allí alimentar esa emoción y sentimiento para enriquecerme con su vivencia. Allí es donde es conveniente prestar atención a algunos ingredientes, a sabiendas de que no pueden enumerarse todos ni los más acertados para cada uno. Será nuestra tarea conocer estos que se mencionan aquí, decidir sobre los que comparto y también generar todos aquellos que aunque no listados, se podrían constituir en alimento de mis pasiones.
Encontrar y vivir tu pasión te hace vibrar distinto. Cosas irritantes del mundo importan menos y hasta lo notan fácilmente los demás. En esta sola observación ya hay varios importantes ingredientes.
Que tu CUERPO te lo diga y que reconozcas y escuches sus manifestaciones. Pueden ejecutarse casi en simultáneo tareas rutinarias a la vez que acciones vinculadas con tus pasiones y notarás en tu cuerpo la diferencia al encarar cada una de ellas. El cuerpo vibra, el tono y tensión de la piel, los músculos, la capacidad con que inspiro, el tiempo que retengo y disfruto una inspiración y la intensidad con que exhalo podrán ser señales de que mi cuerpo sabe que se trata de mi pasión y no otra cosa. Advertir esas señales tendrán efectos bidireccionales: descubrir si lo que estoy haciendo lo es por mi pasión o también provocar intencionalmente esos efectos cuando quiero hacer con pasión algo que reflejará mi decidida actitud.
Y está por demás decirlo, un cuerpo que vibra intensamente ante estímulos positivos, seguramente se dispondrá mejor para mantener o lograr la SALUD que tengo o la que pretendo.
El entorno cercano, pareja, hijos, padres, amigos, compañeros serán beneficiarios directos de todo lo bueno que se deriva de estar viviendo mis pasiones. Ellos, los demás, son un ingrediente indispensable. Yo mismo necesitaré ratificar mis progresos y ellos me devolverán con creces lo que puede ser mi actitud renovada o exultante. Habrán de guiarme en la búsqueda y celebrarán conmigo el logro de mis metas. El efecto dinámico y multiplicador es innegable.
Tener presente la diferencia a favor de la vida que representa resolver las alternativas CON PASIÓN, antes que con modelos o mandatos, es diseñar y conducirme por el camino en que libero mi felicidad, con la seguridad de sentir y disfrutar esta diferencia. La PASIÓN en sí es ingrediente elemental a la hora de distinguir qué es lo que hace que pueda asegurar que disfruto esta vida plena que vivo.
CARLOS GIL COACH, La Granja, Sierras Chicas de Córdoba, Argentina, 21 de noviembre de 2019