Dar las Gracias! Siempre, desde adentro. Que salga del corazón, que nos haga vibrar y ensanchar nuestro cuerpo cada vez que lo expresemos. Si lo incorporamos como hábito, como actitud permanente, se constituirá de seguro en nuestro modo de sentir la felicidad y acarreará consecuencias insospechadas si es que no es ya nuestra actitud ante la vida.
Gracias! Y el ser agradecido liberará otro de los frenos que nos impiden ser plenamente felices. Si no lo hacemos, nos estamos negando otro de los caminos necesarios para disfrutar la anhelada felicidad.
En esta nueva época ya hemos dado vuelta un concepto que quizás no le tengas aislado como para analizarlo, convencernos y aplicarlo en nuestra vida: por años, más de los que corresponden a nuestra vida, nos acuñaron interesadamente el concepto de que el éxito trae la felicidad y que por tanto hay que agradecerlo luego de conseguirlo. Y resulta que hoy sentimos y está comprobado, que es positivo considerarlo exactamente al revés.
Ser agradecido permanentemente conlleva el disfrute de la felicidad y el éxito como consecuencia. Ser agradecido, me permitirá ver cosas que no veo, oportunidades que no aprovecho y participaciones necesarias que no reconozco y que contribuirán de seguro a la esperada sensación de éxito.
Ser agradecido debe ser una actitud. Y es posible. Siempre tendremos qué agradecer, desde el hecho de estar vivo hasta la intervención desconocida de quien fabricó esta mermelada dulce que desayunamos y que tanto nos gusta. Y hasta los momentos no tan buenos, que me dejan experiencias que testimonian mi valor y fortaleza. O aun cuando el dolor es intenso y persiste, pero me muestra día a día el bálsamo del tiempo, del afecto de otros y de la ayuda que me presta el que brote una bella flor donde antes no la había. Me invade la sensación de promesa luminosa si disfruto un amanecer y gozo tranquilidad si contemplo un atardecer con coloridas nubes sobre el horizonte. Espectáculos gratis, a disposición con tal de que los gocemos. Y eso también puede ser una actitud.
Empecemos el día agradeciendo. A quien sea y lo que sea, pero agradeciendo. Nuestro día transcurrirá con otra energía, con un cuerpo vibrante, con una mentalidad y un Ser predispuesto a la alegría y el disfrute.
Terminemos el día agradeciendo. Segundos antes de dormirnos busquemos qué agradecer, aún en momentos de pálidas. Aunque más no sea esta posibilidad inminente de descanso. Gracias!!! Y esa mágica palabra o pensamiento me acercará a la distinta posibilidad de dormir con una sonrisa.
Y que el Gracias que abre y cierra un día de vida se convierta en un valor. El de reconocer el aporte de otros: personas, cosas, fuerzas, energías, emociones, que deberían siempre acercarme a disfrutar más a esta felicidad de estar viviendo.
Al que lee. Al que me escucha. Al que me sonríe. Al que me abraza. Al que abrazo. Al que trabaja con esta columna para que llegue a otros. Al que investigó y creó este sistema on-line para acercarnos: GRACIAS!!!