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CASOS QUE CONMOCIONARION A SAN JUAN

El descubrimiento que catapultó a San Juan – Por Michel Zeghaib

Así bautizó Rogelio Díaz Costa, un prestigioso periodista de la época, al Valle de la Luna. En el mes de abril del año 1958, se realizaba una expedición al Valle que pondría a San Juan como uno de los lugares más importantes del mundo en yacimientos de fósiles prehistóricos.

Por Redacción Tiempo de San Juan

Por Michel Zeghaib


La expedición marcó un hito científico para la provincia. Fueron épocas de gloria en San Juan, la década del ’50 y ’60: Ischigualasto (1958), la momia del cerro El Toro (1964), luego la momia de Los Morrillos (1969). Un tiempo en que la sensación que flotaba en el aire era de que todo estaba por descubrirse.

La expedición

En Ischigualasto, a poco más de 100 km de la Villa de San Agustín, en el Valle Fértil, se descubría un yacimiento de restos fósiles de animales que existieron hace más de 1.700 millones de años. San Juan se sumaba como el tercer lugar más importante del mundo en este tipo de yacimientos, junto a Sudáfrica y Río Grande Do Sul, en Brasil.

El descubridor de estos yacimientos se llamó Joaquín Frenguelli, paleontólogo del Museo de la Ciudad de la Plata, una década antes (1948) de que se realizara esta expedición. En el año 1958, el Museo de Historia Natural “Bernardino Rivadavia” de Buenos Aires, firmó un convenio con el Museo de Zoología Comparada de la Universidad de Harvard (EEUU), con el fin de realizar trabajos en colaboración para estudiar los misterios que encerraba Ischigualasto.

Desde los Estados Unidos viajó un grupo de científicos encabezado por el Dr. Alfred Roemer que, al unirse a los paleontólogos argentinos, doctores Guillermo Del Corro y Orlando Gutiérrez –del Museo de Buenos Aires más arriba citado–, conformaron un equipo de expertos en una misión que tuvo al mundo científico en general, y a los sanjuaninos en particular, conmocionados y en vilo durante ese tiempo. Roemer solía decir: “Cada paleontólogo sueña con encontrar algún día un yacimiento virgen cubierto de cráneos y esqueletos. Casi nunca se realiza éste sueño. Para nuestro asombro y felicidad el sueño se cumplió para nosotros en Ischigualasto”.

Y ¿qué descubrieron? Fósiles del Período Triásico Medio, tiempo en que aparecieron los primeros reptiles en el mundo, antecesores de algunos tipos de dinosaurios y aves.

Paisaje extraño

Los fósiles fueron muy fáciles de descubrir. Claro, para los expertos. Los restos aparecían, como si reclamaran que por fin fuesen encontrados, sobre la superficie. No importaba que estuvieran cubiertos por algún tipo de carnosidades o calos producidos por el paso indefinido del tiempo. Ellos estaban allí, para los ojos de los paleontólogos, ellos estaban a la vista, vulnerables, expuestos. Por supuesto, cincel o picos en mano para sacar extremidades rugosas; luego, escobillas, cepillos o pinceles para limpiar todo desecho posible.

El Dr. William Sill fue un geólogo norteamericano que se enamoró de San Juan, de Ischigualasto (además de una sanjuanina). En 1969 renuncia a su cátedra en Yale y, después de 10 años, regresa a San Juan. Con el tiempo dejó la geología y se convirtió en un experimentado paleontólogo poseído por una obsesión: Explorar Ischigualasto, ese lugar virgen que había maravillado a su maestro Roemer, con quien durante sus estudios probablemente haya tenido más de una tertulia de sueños y fantasías. Además, asumió la cátedra de paleontología en la Universidad Nacional de Cuyo, y después en la Universidad Nacional de San Juan

Sill decía que en el Valle de la Luna hay siete formaciones geológicas del Periodo Triásico. Por lo tanto, todas las formaciones representan un medio ambiente de valles cerca de ríos o lagos, a veces semidesérticas, como el actual San Juan. La más antigua es la Formación Talampaya, seguido por la Formación Tarjados, ambos sin fósiles de vertebrados, pero con algunas huellas y plantas. Mayormente son areniscas rojizas, indicando un clima cálido y poca agua, continúa. El Triasico Medio está representado por las Formaciones Chañares, Ischichuca y Los Rastros, representando un periodo de lagos, pantanos, y cursos de agua casi permanentes, formando arcillas, areniscas, mantos de carbón y canales entrelazados que contienen abundantes fósiles tanto de vertebrados como de plantas.

La Formación Ischigualasto, continúa el Dr. Sill, yace arriba de Los Rastros y representa una llanura de inundación al lado de un antiguo río que corría de oeste hacia el este. La ubicación de este río está en el lugar llamado El Salto en la hoyada, es una serie de canales de arenisca dura que forma un alto que divide el valle en sectores norte y sur. Los sedimentos de la llanura tienen abundantes restos de vegetación y sedimentos que indican inundaciones rápidas asociadas con tormentas tipo monzón y los crecientes de barro que atraparon a los animales pastoreando en la llanura. Los fósiles representan los primeros dinosaurios y el ocaso de los protomamíferos, sobre todo en cuanto a los depredadores.

En fin, la expedición fue todo un éxito. Encontraron un Ryncosaurio completo, más de seis tipos de Terápsidos, y dos Thecodontes. Además de piedras con incrustaciones de vegetales fósiles.

ANTES DE ABRIL DEL ‘58

En el informe preparado por el Dr. William Sill, pone el comienzo de la exploración geológica que termina con el descubrimiento de Ischigualasto, en Domingo Faustino Sarmiento.
 En 1870, siendo presidente de la Nación, Sarmiento logra que el congreso sancione la ley 448 titulada: “Premio al descubridor de una mina de carbón de piedra”, ofreciendo 25.000 pesos para ayudar a la explotación comercial de esa mina con el propósito de adelantar el progreso de los ferrocarriles en el país. Con este estimulo la exploración geológica empezó a examinar los sedimentos no metalíferos.
 Cuatro años después (1874) el geólogo Steizner hizo la travesía de Jáchal a Patquia registrando la geología de los sedimentos.
 En los años ’20, continúa, se explotaron los mantos de carbón, llevando a Jáchal el cargamento a loma de mula. En 1927 el geólogo R. Rigal descubrió huellas fósiles debajo de los mantos de carbón.
 En los años ´40, durante la segunda guerra mundial, el carbón de piedra volvió a cobrar importancia y la Nación mandó geólogos otra vez al valle para examinar la ya abandonada mina de Los Rastros.
 El geólogo Frenguelli en 1942 encontró unos fragmentos de cinodonte en Ischigualasto y los mandó al paleontólogo Cabrera en la Universidad de La Plata, quien los publicó en 1943 como el primer registro en la Argentina de reptiles Triásicos.
 En 1944 el geólogo Heim fue enviado específicamente para ver las posibilidades de reabrir la mina de carbón. Él se entusiasmó por la cantidad de fósiles que encontró y público en su informe una foto de un cráneo de cinodonte completo y en situ.
 Después Frenguelli publicó un estudio completo de la geología de la zona en 1948, seguido por en resumen del Triásico en la Argentina por Groeber y Stipanicic en 1952.
 Recién en 1958, Dr. Alfred Roemer, ya con 64 años y uno de los paleontólogos de vertebrados más prestigioso del mundo, hizo un convenio con el Museo Argentino de Ciencias Naturales en Buenos Aires para explorar en conjunto el Triásico del oeste argentino.

ALGUNAS FECHAS IMPORTANTES

1870, La ley de Sarmiento impulsando exploración para carbón.
1920/30, Explotación minera de carbón
1927, Descubrimiento de huellas en la quebrada de Los Rastros
1931, La primera publicación científica de fósiles en Ischigualasto
1943, La primera publicación de vertebrados en la Formación Ischigualasto.
1958, La primera expedición paleontológica al valle.
1971, Expropiación y creación del Parque Natural Ischigualasto.
1972, Primera exposición de fósiles de Ischigualasto en el Museo de Ciencias Naturales de San Juan, abierto en el primer piso de la Dirección de Turismo.

¿DÓNDE ESTAN LOS FÓSILES?

Siguiendo las investigaciones del Dr. William Sill, casi todos los fósiles de Ischigualasto están diseminados en la República Argentina. La única colección que está en el exterior es la parte que correspondió a la Universidad de Harvard en la expedición original de 1958 y unos ejemplares duplicados de la Formación Chañares de la expedición de 1964.

San Juan, continúa, tiene la colección más grande de los fósiles de la Formación Ischigualasto con algunos ejemplares de la base de Los Colorados. La Rioja tiene la colección más importante de las formaciones Los Colorados y Chañares. El Instituto Miguel Lillo de la Universidad de Tucumán tiene una colección muy importante de Ischigualasto, Chañares y Los Colorados, debido a su trabajo en la cuenca durante la década del ‘60 cuando no había nada en San Juan o La Rioja. Pero, la mayor parte de la colección original de 1958 se encuentra en el Museo Nacional de Ciencias Naturales “Bernardino Rivadavia”, en Buenos Aires. Otros ejemplares (pocos) están en el Museo de La Plata.

En los años antes del control provincial, hubo robos de fósiles de parte de individuos, a veces con la ayuda de lugareños. El robo más importante fue la sustracción de las huellas en la Quebrada de Los Rastros. Originalmente eran nueve, ahora no queda ninguno. Un par de estos fue rescatado por los hermanos Nasif Weiss y están en exposición en su museo (UNSJ).

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