El tradicional escurridor de platos, que ocupa gran parte de la mesada y suele ser incómodo de guardar, comienza a quedar en el pasado. La novedad que gana popularidad es la alfombra absorbente para secar vajilla, un invento práctico que combina orden, estética y bajo costo, ideal para hogares con cocinas reducidas.
Su funcionamiento es sencillo: se coloca sobre la mesada y, encima, los platos recién lavados. Gracias a su tejido grueso y altamente absorbente, similar al de una toalla pero diseñado para la cocina, los utensilios se secan rápidamente mientras la superficie permanece libre de charcos. Una vez utilizada, la alfombra se pliega y se guarda en cualquier cajón, lo que permite aprovechar al máximo el espacio disponible.
Con medidas aproximadas de 30 x 45 cm, estas alfombras ofrecen lugar suficiente para platos, vasos y cubiertos. Además, su atractivo diseño suma un plus decorativo: se consiguen con estampados de hojas, abejas, cuadros o en colores lisos, adaptándose al estilo de cada cocina.
Entre sus principales ventajas se destacan la practicidad, el ahorro de espacio y el fácil mantenimiento, ya que se pueden lavar en el lavarropas junto con las toallas. También resultan económicas, lo que permite tener varias y alternarlas. Sin embargo, presentan algunas desventajas: al no contar con circulación de aire, en ocasiones es necesario girar los platos para que se sequen mejor, y si no se lavan o secan adecuadamente, pueden acumular humedad o moho.
La clave para prolongar su vida útil es simple: lavarlas con frecuencia, dejarlas secar por completo antes de guardarlas y seguir las recomendaciones del fabricante.
En definitiva, la alfombra para secar platos es una opción práctica y estética para quienes buscan mayor orden en la cocina. Barata, funcional y versátil, se perfila como la gran tendencia que en 2026 podría reemplazar definitivamente al escurridor tradicional.